El pez robalo además de conquistar paladares por contener pocas espinas y carne suave, blanca y jugosa, ha despertado el interés de la comunidad científica debido a su alto grado de adaptabilidad a diferentes medios de cultivo y potencial para impulsar la acuacultura mexicana.
Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) federal indican que la especie ha demostrado su capacidad para crecer en agua dulce, salobre y marina, según el Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIAP) de Manzanillo, Colima, que encabezó la captura de reproductores y engorda de juveniles en diferentes sistemas.
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Esto, puede representar una parte de la solución a la necesidad de alimentos en 2050, cuando la población mundial superará 10 mil millones de personas, pues la acuacultura produce hoy al menos 400 mil toneladas anuales en México, pero tiene potencial para alcanzar ocho millones de toneladas en el mediano plazo.
La investigación contempló la captura de peces reproductores en aguas de los estados de Jalisco, Sinaloa, Nayarit, Colima y Michoacán, con la intención de conformar un grupo de esas especies y tener un amplio grupo genético para analizar y domesticar, mismo que mostró una supervivencia mayor a 60% y los avances representaron un hito porque evolucionaron los esquemas reproductivos en la acuacultura mexicana y el desarrollo de paquetes tecnológicos para aprovechar el robalo en el ecosistema marino, la rentabilidad comercial y la sustentabilidad, informó la Sader federal.
Esas crías fueron repartidas en los estados de Jalisco, Colima y Michoacán para estudiar su comportamiento en aguas dulce y salada, jaulas flotantes y estanques rústicos, circulares y cuadrados y el robalo mostró alta tolerancia a las diferentes salinidades y se pudo adaptar casi sin aclimatación.