“Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”, palabras del presidente chileno, Salvador Allende, en su memorable discurso del 2 de diciembre de 1972, en su visita a la Universidad de Guadalajara.
La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) ya no será la misma, después de que en noviembre de este mismo año, Javier Armenta deje la presidencia. Y es que devolvió al estudiantado su compromiso social, estar de lado de los ciudadanos en las luchas sociales, pro defensa de la ecología y de los parques urbanos, encabezó la resistencia contra el cártel inmobiliario, aunque por momentos -reconoce él mismo- fue como la pelea de “David contra Goliat”.
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Ha ganado un juicio donde tenía una demanda en su contra por 600 millones de pesos, lo desalojaron, lo quisieron meter a prisión y hoy sabe que “en la Fiscalía me tienen guardada una carpeta de investigación”, pero la lucha seguirá.
Le han dicho de todo, lacayo, que forma parte del grupo universidad, que obedece a Raúl Padilla. ¿Realmente, como dicen, sigues órdenes de alguien?.
Sonríe y responde:
-“Tengo su número telefónico y hasta el día de hoy nunca me ha hablado ni para darme una indicación o para decirme que no diga algo, lo más que me ha preguntado en una ocasión fue ¿Cuáles son tus argumentos?. Me parece un tipo muy respetuoso, lo mismo el rector general nunca me ha hablado para decirme ‘no quiero que hagas esto’ jamás, nunca he tenido en la universidad una indicación telefónica ni que me digan que sí diga o que no diga”.
¿Por el contrario, pareciera que tú contagiaste a la Universidad?
-No sé si primero nosotros fuimos los rebeldes, pero al final creo que fue bueno que se impusiera nuestro lema: Piensa y trabajar -el lema de la UdeG-; se impuso la crítica, por que para eso estamos en la universidad y mira ejemplos hay muchos, yo hablé de temas muy polémicos, Iconia, es un tema polémico de madres, por lo que implica y sé que pues que hay muchos amigos en la universidad que son amigos de los empresarios”.
En tiempos complicados, ¿La FEU en esta ocasión se caracterizó por involucrarse en el activismo y sobre todo de lado de la sociedad?
-Yo me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de estar al frente de la FEU, puesto que hasta entonces pude entender lo que significa dirigir una organización como esta. La fuerza que tiene la voz del dirigente de la FEU dentro de la universidad y a la vez de representar a la comunidad estudiantil en la sociedad es una cobertura muy importante, de hacer cosas que tal vez los ciudadanos común y corrientes no es que no quieran, sino que ponen mucho en riesgo su vida y su familia, si se animan a hacerlo, como lo descubrí en el parque de Resistencia Huentitán o acompañando a las mamás de los desaparecidos. Entonces yo creo que la FEU es un activo de la sociedad y además de defender los derechos de las estudiantes y los estudiantes, también estamos para hacer valer a la ciudadanía, es el primer aprendizaje con el que me quedo.
Los antecedentes históricos de las organizaciones estudiantiles les ligaban a actividades porriles y uso de armas de fuego, sin embargo ¿hoy retomaron un activismo importante y de lado de muchas causas?
-Yo de mi antecesor observé y me puso el ejemplo de que había que estar cerca para acompañar a la ciudadanía, por eso no fue iniciativa mía, solo fue un seguimiento para acompañar a las mamás y papás de los desaparecidos.
Lo que sí fue algo novedoso en mi gestión fue pegarnos un tiro tan frontal en contra del cártel inmobiliario y hacer valer a muchos colectivos que están en esa misma lucha. Convocar académicos de la universidad, que tienen la capacidad pensante; a la ciudadanía que tiene la convicción y estudiantes que tenemos la fuerza de la movilización en torno a una causa, eso solo lo hace la organización estudiantil algo que creo que es novedoso. Creo que es la primera vez que la FEU organiza vecinos, a académicos, líderes de opinión y estudiantes en torno a las causas de las áreas verdes y del medio ambiente, fue algo muy positivo y apenas así pudimos darnos un tiro medio parejo con todo el trabuque de corrupción que engendra las empresas corruptas, con el Ejecutivo Estatal y bueno la mafia de jueces que tienen tanto nivel estatal como Federal.
¿Han sido batallas difíciles, a los medios de comunicación nos queda la sensación por momentos de que era David contra Goliat?
-Mira hablando en términos de la corrupción, si es David contra Goliat, porque nos fuimos a paros y todo por lo de las alcancías, rateras, por ejemplo, en el transporte público nunca prosperaron; el sistema está diseñado para que la gente con poder viva de la impunidad. Y en el tema del parque resistencia de Huentitán lo viví intensamente los 144 días que estuvimos allí, entre vecinos profes, estudiantes que nos visitaban o quienes allí dormían. Yo vivía en una casa de campaña y sembraba árboles. Hacíamos nuestra comida y cómo podíamos aguantamos el calor, porque lo que nos movía era una convicción y es lo que a veces no entienden los empresarios, sus apoderados legales y agentes del Ministerio Público, a los que por cierto se les nota en la mirada que saben que lo que están haciendo no es lo correcto.
¿Pero además, pasaron, en un momento, de una batalla jurídica a la persecución?
-Intentamos una lucha en los tribunales, con los activistas, mis amigos, el abogado general metiéndole con todos los recursos y los amparos y les vamos ganando en términos muy positivos, la mayoría de los procesos, a estas empresas y sus equipos de abogados, que ni buenos abogados son. Ya me habían condenado a pagar 600 millones en un caso y ya lo echamos para atrás, porque no hacen las cosas bien. Entonces sí pudiera parecer en un primer término desproporcional porque el Estado juega con ellos, porque el Estado debería ser un árbitro y el Estado es su parero, la Fiscalía y el Ministerio Público le hacen la chamba a los apoderados legales, pero aún así ganaremos.
Si Temaca le pudo ganar hasta el gobierno federal y al estatal corrupto, nosotros podemos con ese reto, no nos desanimamos. Yo sé que hay una persecución política y jurídica en mi persona y la de varios vecinos más; sé que la Fiscalía me tiene una carpeta de investigación por la materia penal, pero no me escondo, saben que vivo donde mismo y saben dónde encontrarme, no es que me la dé de valiente, no les tenemos miedo porque porque no se va a volver costumbre que se roben lo público y porque yo sé que detrás del parque Resistencia, cuando recuperamos ese parque y lo llenamos de vida, la oportunidad para que muchos niños como yo que no tuvimos papá o que perdimos a nuestro papá de chicos, puedan encontrar su segundo padre en el maestro de fútbol o en la maestra de básquet o la maestra que los reclute para pintar en lugar de ser sicarios en el barrio y desafortunadamente hoy la clase política que nos gobierna, los naranjas, piensan más en negocios inmobiliarios que en cambiar la vida de los niños.
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Hasta al Canelo cuando se sube al escenario, siente el miedo de pegarse por más de una hora unos trompos con alguien, pero se trata de sobreponerse y mantenerse y así como en vez de miedo, da coraje.