Para ellos no hay pandemia, tienen que trabajar duro, sin importar inclemencias del clima ya sea lluvia o sol, con jornadas largas y llevando sobre sus hombros y espalda pesados materiales por los que les dan unos cuantos pesos.
Eso les permite sobrevivir. Ninguna autoridad se les acerca, ni las de asistencia social, son relegados en la sociedad, automovilistas, personas a pie pasan y no los miran, son invisibles para ellos, aunque a simple vista se observa la necesidad de un techo, comida.
Este trabajo que realizó EL OCCIDENTAL bajo la lente de nuestro fotógrafo Antonio Miramontes da cuenta de estas personas que viven de esa forma o más bien sobreviven abajo del Puente de Retorno enfrente de Plaza San Isidro. Es Periférico Norte y lateral Pino Suárez. Se mantienen de lo que juntan en la calle, botes, fierro viejo, cartón.
Aunque el Ayuntamiento los quita se ponen al siguiente día, pues manifestaron no tienen a dónde ir y ahora en época de lluvias es un lugar "seco y seguro", ya que les proporciona una noche sin mojarse.