Bajo la dirección del cardenal José Francisco Robles Ortega, este día se ordenaron 33 diáconos y un presbítero quienes, quienes juraron difundir la fe católica en la entidad o en las comunidades a las que sean asignados, para ellos la fecha es especial ya que se conmemora el nacimiento de Jesús.
En una emotiva homilía que se realizó en la parroquia de San Bernardino, a la que asistieron amigos y familiares de los nuevos representantes de la iglesia católica para ser testigos de la ordenación que se realiza con un ritual especial en donde sus túnicas son cambiadas por la que los diáconos llevarán hasta que se orden presbíteros, y en el caso del sacerdote la que llevará para oficiar misas.
El cardenal Francisco Robles les preguntó que si deseaban “desempeñar con humildad y amor el ministerio de diáconos como colaboradores del orden sacerdotal y el bien del pueblo cristiano, el ministerio de la fe con alma limpia como dice el apóstol y proclamar esta fe de palabra y obra según el evangelio y la tradición de la Iglesia, quieren ante dios y ante la Iglesia como signo de su consagración a cristo a observar durante toda la vida el celibato por causa del reino de los cielos y ara servicio de Dios y de los hombres”, a lo que recibió la respuesta de “sí queremos”.
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Ahí miso les preguntó si deseaban conservar el espíritu de oración, imitar en su vida el ejemplo de Cristo, todo esto mientras los asistentes a esta homilía especial observaban el juramento que se le tomaba a cada uno a quienes se les preguntaba si ofrecían respeto y obediencia al Cardenal y sus sucesores.
A los familiares y amigos les pidió que observaran con atención el grado que recibían en este momento, ya que los diáconos según la ley católica recibieron la segunda de las órdenes mayores que otorga la Iglesia y que tiene entre sus funciones anunciar el Evangelio, bautizar, asistir al sacerdote en el altar, distribuir la comunión y dar testimonio cristiano ayudando a los más pobres, aunque no son aún presbíteros o sacerdotes.
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Les dijo que al unirlos al sacerdocio de los obispos “quedarán consagrados para anunciar el Evangelio, para santificar al pueblo de dios, celebrar el culto divino, principalmente en el sacrificio del señor” y pidió a todos reconocerlos como discípulos de Dios, quien les dio el ejemplo de que están para servir a sus hermanos y al prójimo, para lo cual deberán dar testimonio del bien, desempeñando su ministerio observando el celibato.
Mientras que en el caso del nuevo presbítero o sacerdote, le encomendó “realizar en la parte que te corresponde, la función de enseñar el nombre de Cristo, el maestro, transmite a todos la palabra de Dios que has recibido con alegría y al editar en la ley del señor procura creer lo que lees, enseñar lo que crees y practicar lo que enseñas”.
Además que su enseñanza sea un “alimento para el pueblo de Dios”, que su vida sea un estímulo para los discípulos de Cristo”.
Al concluir la homilía el cardenal Francisco Robles les deseó éxito, los felicitó y los exhortó a seguir el camino correcto, tras lo cual los amigos y familiares también los felicitaron por esta decisión que tomaron.