EL OCCIDENTAL se adentra en la parte final de la obra de la Línea 3 del Tren Ligero en el municipio de Tlaquepaque, y detecta un mayor abandono, donde incluso el tiempo y el vandalismo abonan al deterioro de las instalaciones.
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A lo largo de 21.5 kilómetros de la línea del sistema eléctrico que conecta con 18 estaciones hay un desolador panorama. Un reflejo son las estaciones Central de Autobuses, Lázaro Cárdenas, Tlaquepaque Centro y Río Nilo, donde el graffiti se adueñó de la columna vertebral, el desierto de las jardineras y la falta de iluminación nocturna ha ocasionado el alza de los robos a transeúntes, además de las pérdidas económicas en el comercio y problemas sociales.
Al final del corredor, en el establecimiento de talleres para el Tren Ligero se observa una placa con el registro de autorización en materia de impacto ambiental y modificación del proyecto, misma que comienza a deteriorarse, así como cada una de las estaciones de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
El gran parque de talleres, cocheras y almacenamientos, donde debieran estar autoridades y los grandes intelectuales de México encargados de la magna obra metropolitana, está condenada vivir en el exilio; a plena luz del día apenas si se observó una cuadrilla de trabajadores, un jardinero y un par de elementos de seguridad en la puerta principal del corredor que pareciera que sólo cuidan el letrero: “Aquí se construye nueva Línea 3 del Tren ligero”.
Para llegar a este punto se pasó por la Estación Central de Autobuses hacinada en medio del olvido y la sordidez: en su interior las escaleras eléctricas lucen cubiertas con fundas protegidas por un par de elementos de seguridad que al ver que esta reportera tomaba imágenes cerraron las puertas metálicas de la estación, mientras que la única cámara de seguridad ubicada en la parte de afuera estaba cubierta de plástico.
En el exterior de la primera estación en sentido sur-oriente hacia norponiente Tlaquepaque-Guadalajara, el desierto de la obra es mayúsculo, hay basura y lo que serían las jardineras es utilizado por automovilistas y conductores de transporte urbano como estacionamiento.
Una obra federal que tuvo una inversión de 25 mil millones de pesos aproximadamente, deja en abandono varias estructuras metálicas y material de tubo de concreto que con el paso del tiempo y clima se va deteriorando, se encuentra en medio de basura y pastizales.
Siguiendo la misma brecha de la Línea 3 del Tren Ligero por avenida Las Torres, pareciera que el abandono del sistema eléctrico acompaña la soledad del Panteón Municipal de Tlaquepaque.
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