La reunión del obispo de Chilpancingo-Chilapa con líderes de grupos de la delincuencia organizada solo demuestra la desesperación que se vive en dicho estado ante la inseguridad.
Así lo dijo el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, quien hasta ahora no ha establecido comunicación con su homólogo en Guerrero, pero conoció de la reunión reciente.
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“El que los obispos se reúnan parece algo inusitado, algo que no debiera ser pactar con el crimen organizado, pues no se trata de eso. Yo lo interpreto sin haber hablado con ninguno de ellos, solamente por lo que escuché, es una emergencia, ellos viven cercanos, muy cercanos a las comunidades de Guerrero y experimentan lo que experimenta la gente”.
Señaló que las personas en Guerrero viven “una completa inseguridad, un total riesgo y amenaza a su integridad, a su vida, a sus bienes, una incertidumbre en medio de la muerte, en medio del riesgo todos los días” y por eso las autoridades eclesiásticas se ven obligadas a establecer diálogo con ese tipo de personajes.
“Es un signo profético en que los obispos quieren de alguna manera remediar la angustia que vive el pueblo y recuperar la paz, pero pone en evidencia un deber que tienen las autoridades, un deber no asumido, no verdaderamente cumplido”.
Señaló que por ahora en Jalisco los grupos de la delincuencia organizada no han buscado acercamiento con el Arzobispado, pero no descarta que ocurra, aunque eso sería asumir el papel que corresponde a las autoridades municipales, estatales y federales.
“No buscan que se multipliquen esos signos, porque eso sería como algo inauténtico, porque corresponde a las autoridades, pero quién nos asegura que en otro estado donde se vive más o menos ese mismo clima los obispos tuviera también eso”.
De acuerdo con una entrevista que el miércoles de ceniza ofreció el obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, el objetivo de la reunión fue para buscar la tregua en la entidad, donde no cesan los hechos violentos.
Dijo incluso que sobre la reunión tiene conocimiento el Papa Francisco, quien confía en que ese tipo de diálogos ayuden a fortalecer la paz que necesita la nación mexicana.