Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son las dos principales causas de muerte en el país, por lo tanto, la obesidad es considerada una enfermedad mortal, ya que es el factor de riesgo más importante para padecerlas. Predispone también a padecer cáncer de mama, de endometrio y de ovario en las mujeres; cáncer de próstata y de colon en hombres; depresión, ansiedad, apnea del sueño, osteoartritis, etcétera.
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La Secretaría de Salud dictaminó en el 2016 que la obesidad es una emergencia epidemiológica. Ya era considerada una epidemia, y no sólo eso, una pandemia mundial, pero ahora en México ha alcanzado un nivel de emergencia.
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Sobre esto, Raúl Morín Zaragoza, Médico Cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y Presidente Fundador de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO), indica: “Es necesario un programa que lleve a cabo diversas acciones, como el aumento de consultorios de primer nivel de atención para el tratamiento integral de la obesidad, tanto en infraestructura como en preparación médica. Necesitamos consultorios para que los pacientes puedan ser atendidos, ya que la obesidad es considerada una entidad de primer nivel de atención. No tenemos hospitales de obesidad, ni institutos, ni servicios”.
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De las 106 escuelas y facultades de medicina en México, de 2,800 a 3,500 horas que se estudian para recibirse de médico, se imparten sólo 3 horas de obesidad.
En palabras del doctor Morín, se requiere aumentar la capacidad de conocimiento del gremio médico, y la forma de lograrlo es a través de educación médica continua, diplomados de primer, segundo y tercer nivel para adquirir estas destrezas y habilidades.
Lo que no existe es la especialidad de obesidad como tronco de entrada, lo cual es característico de todo el continente americano, excepto Estados Unidos.
“El tratamiento debe ser integral: médico, psicólogo y nutriólogo, cuando menos. Las dos bases primarias del tratamiento son: la forma de alimentarnos y la forma de movernos. Cuando estas dos condiciones no son suficientes, la intervención farmacológica y quirúrgica son auxiliares.
México tiene el portafolio más amplio de medicamentos contra la obesidad autorizados por la Secretaría de Salud y la Cofepris . Están controlados a través de médicos con receta controlada y la retiene el farmacéutico. El objetivo es evitar su abuso y su mal uso”, agrega Morín Zaragoza.