Con menos quejas, pero aún con algo de desorden se desarrolla el segundo día de vacunación en el municipio de Tlaquepaque, en donde las 26 sedes de nueva cuenta fueron el sitio en donde miles de personas pasaron la noche con tal de que sus familiares mayores de 60 años pudieran ser vacunados.
En un recorrido por diversas sedes, se pudo observar en algunas de ellas que la cantidad de personas era menos de la mitad que las del lunes, pero en otras se mantenía el mismo nivel de asistencia, incluso desde la noche del lunes muchos llegaron a apartar el lugar de sus familiares.
Así con sillas de todas las texturas y tamaños, una a una las personas comenzaron a hacer la fila, todos con ropa abrigadora para poder soportar la baja de temperatura durante la noche, incluso hasta cobijas se llegaron a ver en las sillas, gorras con orejeras, chamarras gruesas, todo lo que fuera necesario para el lugar no se los ganaran.
Pero como desde el lunes circularon una serie de listas para la atención, muchos llegaron con la incertidumbre de si serían atendidos, tal es el caso de la señora Araceli, quien junto con uno de sus hijos se turnó para pasar la noche en la sede de la Unión Ganadera y apartar el lugar para su mamá que tiene 85 años, la cual llevaron ya cerca de la hora de inicio de actividades para no cansarla de más.
En esta sede una persona pasó para ponerles un número dibujado en la mano, señal de que habían llegado en ese lugar, sin embargo, de nada les sirvió porque al momento de comenzar con las vacunas los primeros que ingresaron fueron los que llevaban una ficha del día anterior y quienes durmieron afuera de ese lugar entrarían después de los 200 citados.
En otras sedes como la del Centro Cultural El Refugio, la fila de personas mayores de 60 años junto con sus familiares le daba la vuelta a todo el recinto pero avanzaba a buen ritmo, ahí estaba estacionada una unidad de la Guardia Nacional para poner orden en caso de un incidente.
En otras las sedes como la del estacionamiento de Pensiones del Estado ubicado en la calle Florida, la dinámica era diferente, iba un poco más acelerada, ya que el espacio era lo suficientemente amplio como para atender a más de 200 personas por turno y una que se sentaban las enfermeras y médicos pasaban con un carrito y, uno a uno, les aplicaban el producto y se les dejaba reposar los 30 minutos marcados por los protocolos para ver si no había reacciones adversas.
Además se les apoyaba con dinámicas de calistenia para que los músculos se relajaran y la sangre circulara por todas sus articulaciones, ya que tras esperar largo tiempo, aún adentro de la sede tenían que esperar aún más, por lo menos unos 45 minutos sentados.
En todas las sedes se contaba con elementos de seguridad de manera fija o ambulante, así como unidades de Protección Civil, ambulancias, paramédicos y todo lo necesario para actuar de inmediato si es que ocurría alguna contingencia o una reacción negativa a la vacuna.