El 28 de febrero del 2020 marcó la vida de los habitantes de México, la epidemia por Covid-19 aceleró los protocolos sanitarios establecidos por la Organización Mundial de Salud (OMS) al confirmar el caso índice -primera persona con el nuevo Coronavirus- y a las horas dos más.
Ese viernes cerraba con tres casos en total. A un año de ese diagnóstico cambió la vida de todas y todos. En Jalisco, universidades y autoridades estatales y municipales en conjunto con el Sistema estatal de Salud comenzaron a activar los protocolos de manera paulatina, mientras que las personas desconocían lo que se avisaba.
“Un año difícil”, así coinciden los jaliscienses, en particular profesionales que perdieron su trabajo y otros que desde casa estuvieron laborando. “Todo se acumuló”, fue otras de las respuestas que más se repetía en el sondeo realizado a un año de la pandemia.
El mapa jalisciense desde entonces se vistió de luto y las salas de espera de los hospitales mantienen la atención de pacientes con sospecha y confirmados por laboratorio de la cepa que surgió en Wuhan, China.
En el país, hace un año se confirmaban tres casos y ahora ya son cerca de dos millones 100 mil personas positivas y han perdido la vida 186 mil, mientras que en Jalisco ya se venían analizando muestras de Covid-19, fue el 14 de marzo cuando se notificaron los dos primeros casos, ahora ya suman 222 mil casos con cerca de 10 mil 400 decesos.
Algunos encuestados, la nostalgia, la incertidumbre y otros aún con el duelo presente ven un panorama sombrío, al saber que circula otra variante del virus Sars-COv2.
Chécalo:
“En lo personal me da tristeza, en cuestión de semanas perdí a mi papá y a una hermana por Covid-19, me da tristeza aún más porque hay gente que no cree en la enfermedad, si supiera todo lo que ocasiona y que se lleva a tus seres queridos más rápido de lo que te puedes imaginar”, señaló Manuel, de 46 años, vecino del municipio de Guadalajara, de profesión administración.
José perdió a su mamá y papá por Covid-19 y él con un nudo en la garganta dice que no les pudo dar el “último adiós” porque él también estuvo enfermo en ese tiempo: “Podría decirte que aún no me recupero de la enfermedad y de la pérdida de mis padres, es un dolor que aún tengo”. En septiembre la familia enferma, sus papás fueron hospitalizados y ya no regresaron a casa y una de sus hermanas le llevaba de comer a él , dejando los alimentos en la puerta de la casa.
Otros no quieren hablar de la enfermedad, solo responden con pequeñas pausas, pero su rostro expresa parte de los momentos que han vivido en estos 365 días de la pandemia por Covid-19.
La vida de las y los jaliscienses no es la misma, hoy salen de casa con más precaución: el uso de cubrebocas y traer un gel antibacterial en la bolsa de mano o en el pantalón son las únicas armas que se tienen para atacar a la Covid-19.