Noelia Castillo es artesana de productos varios de barro desde hace al menos 10 años, sin embargo, por las complicaciones que trajo consigo la pandemia por Covid-19 es que se las tuvo que ingeniar para poder subsistir; le entró a la herbolaria a fin de tener una entrada extra de dinero.
Ella, como 13 artesanos más de Tlaquepaque, se tuvieron que unir con otro negocio para compartir espacio y así poder ofertar su mercancía, a falta de lugares públicos en donde poder vender en el municipio, no obstante, como las ventas de artesanías han estado por los suelos, Noelia también hace jabones, cremas o pomadas si quiere sacar lo suficiente para que ella y sus dos hijos puedan vivir.
"Lo que he hecho en la pandemia es que dejé un poco de lado lo que es la alfarería. Convierto las hierbas medicinales que vienen de nuestros ancestros y estoy haciendo un rescate de eso. Uso lo que es la árnica, romero, la sábila e infinidad de hierbas y hago jabón, crema, shampoo, pomada o spray".
Con 32 fórmulas de jabones al menos, Noelia se dedica a vender sus productos de boca en boca entre vecinos y clientes en el tianguis artesanal de Tonalá, donde tiene la oportunidad de exhibir la artesanía que tiene en almacén desde hace meses. Y aunque ha sido difícil, es por el momento con lo único que cuenta.
"Tenemos familias que mantener, muchos de nosotros no tenemos hogar y tenemos que pagar renta. Por ejemplo, quedé viuda y por eso opté por lo de la herbolaria porque tengo dos niños pequeños todavía, entonces, tengo que sacarlos adelante a como dé lugar".
La artesanía que tiene la exhibe, junto a 13 artesanos más, en El Nido Emprende, un negocio de comida y bebidas en pleno centro de Tlaquepaque, también con el objetivo de poder sacar un poco ante la falta de espacios. Por ello, y en tanto la situación mejora, espera vender parte de su mercancía y seguirle con sus productos herbolarios al mismo tiempo.