El porvenir es el tema central del número 100-101 de la revista Luvina, edición con la que celebran 25 años de su publicación y que se presentó en el último día de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2020. Los participantes en la misma lamentaron que el futuro de la literatura, es un tema triste cuando autores y escritores están sometidos a un mercado y a una industria editorial completamente cínica. El daño que está haciendo el mercado editorial es enorme, citó la poeta Adriana Díaz.
La directora de la revista literaria de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Silvia Eugenia Castillero, dijo: "Nunca antes el tiempo nos había instado a concentrarnos de tal manera en el momento histórico que vive nuestro planeta, un momento crítico, de confinamiento y del quiebre de un modelo político, económico, que ya estamos viendo que se desvanece. No obstante, los creadores tienen el don de imaginar y bosquejar otro porvenir en relación directa con el transcurrir de la historia”.
La poeta Adriana Díaz Enciso, una de las autoras que participan, manifestó:” La realidad se nos ha puesto enfrente como una pared de la que no podemos escapar. Qué bueno que tengamos la necesidad de detenernos y de pensar en esta carrera desbocada que llevamos como humanidad, en estos tiempos donde no parece que haya futuro. A mí me da consuelo pensar que el tiempo es una ilusión, nada de lo que nosotros proyectamos hacia el futuro como seres humanos es como lo proyectamos, ni lo bueno, ni lo malo. La realidad nos enfrenta con sorpresas, con cosas absolutamente inesperadas como la pandemia; el futuro es desconocido y esa es su esencia”.
El ensayista y poeta Santiago Kovadloff, señaló: “En una sociedad altamente habituada a hacer de la previsibilidad el terreno habitual de su desarrollo cotidiano, la irrupción de una peste para la cual la ciencia aún no tiene respuesta, nos expone a una doble intemperie, la de lo que nos ocurre mediante la expansión planetaria y la de una educación que nos ha vuelto sumamente impacientes”.
Adrián Curiel Rivera, narrador y ensayista, citó que en Occidente se ha pasado de la fascinación por la perspectiva catastrofista del mundo, a una vivencia real y apocalíptica, donde en la era de las telecomunicaciones "estamos más solos e incomunicados que nunca; en la era de la información vivimos aquejados de infodemia y mentiras, donde la Tierra misma se ha rebelado ante nuestra pretensión ecocida y depredatoria".
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Añadió que:“El arte, en general y la literatura, en particular, siempre han estado y seguirán ahí, insobornables, para no dejarse amordazar, vendar los ojos.
Representan ese resquicio de esperanza para encontrar el rubí enterrado en el lodazal. A través del arte y el ejercicio narrativo uno puede encontrar la esencia de lo que nos constituye como humanos”.
El poeta Josu Landa expresó que no cree en el tiempo absoluto, “en términos alegóricos lo acepto, pienso que el tiempo somos nosotros, es uno, eres tú, es ella. Lo que tenemos como tarea, todo el mundo, en este preciso momento, es una especie de reconstrucción del mundo, no en términos de una nostalgia del pasado, sino de posibilitar la vida y no sólo posibilitarla en términos biológicos; y junto con eso, asumir que la vida también es elemento biográfico vital, es decir, descubrir la risa, la alegría, la convivencia, la felicidad; estamos en este mundo para tratar de ser felices.
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-Esta edición de la revista contiene ensayos, poemas, cuentos y construcciones estéticas.