Ahora con la reactivación económica de ciertos giros en la ciudad, no solo se ha vuelto común ver a más gente en las calles, sino a comerciantes ambulantes quienes, a expensas de las autoridades, ofertan su mercancía a gritos entre los paseantes.
La calle de Santa Mónica, de Morelos hasta el Mercado Corona, es un claro ejemplo de cómo es que la necesidad ha llevado a más personas a salir a trabajar, ya que se pueden contabilizar al menos una decena de ambulantes con diversos productos.
Al ser una zona concurrida por tapatíos de paso, ya que es una de las calles que lleva directo al Mercado Corona, ya sea con mesitas improvisadas o con mercancía en mochila, es que se pueden encontrar desde la venta de audífonos, cargadores y manos libres, algunos juguetes, así como paraguas debido al temporal de lluvia.
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Claro que en el lugar no puede faltar lo más común hoy en día, que son los cubrebocas de tela o "lavables", hasta lo menos usual como lo son raquetas para matar mosquitos o tarjetas de celular.
En un mismo sentido, y a diferentes horas del día, Paseo Fray Antonio Alcalde, a la altura de Revolución, es escenario de lo mismo, pues ambulantes aprovechan para ofertar su mercancía ante las docenas de tapatíos que transitan diariamente; así como el corredor de Pedro Moreno, en donde al menos este sábado se observaron un par de vendedores de cosméticos y paraguas.
Debido a que no tienen permitido operar por el primer cuadro del Centro Histórico de Guadalajara, ambulantes se las ingenian para evadir a las autoridades pues no solo cambian de horarios sino hasta de zonas para continuar con su actividad.