Llaman al personal de salud del sector privado invocar el principio de “objeción de conciencia” para no dar servicio a los políticos y funcionarios públicos del Partido Morena cuando acudan a revisión por sospechas o contagio por negar la vacuna Covid-19 a este sector de salud.
El senador Francisco Salazar Sáenz hizo un llamado al mencionar que esta propuesta está sustentada en el derecho que todo el personal de salud tiene de recibir las dosis de vacunación, sin importar si son de instituciones públicas o privadas.
“Todos ellos han estado en la primera línea de batalla en los momentos de mayor crisis de la pandemia e incluso han atendido al propio presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Asimismo, el senador se pronunció porque se han enviados a hospitales públicos para su atención: “Si los funcionarios públicos de alto nivel no quieren trabajar o no quieren proteger al sector privado, pues que se vayan al ISSSTE o al IMSS”
Señaló que la legitimidad de la exigencia es por la preocupación de proteger al personal de salud del sector privado el cual está en gran riesgo de contagio por tener el primer contacto con el paciente que ha sido infectado.
Por su parte, el abogado laboralista Omar Cerezo Moreno, especialista en la defensa de los derechos laborales del personal médico, y el doctor Marco Antonio Vázquez Rosales, presidente del Colegio de la Profesión Médica de San Luis Potosí, coincidieron con Salazar Sáenz que el propósito de aplicar la "objeción de conciencia" para no atender a funcionarios federales y canalizarlos al sector público es para proteger al personal de salud de instituciones particulares que están quedando fuera de las prioridades del programa de vacunación que diseñó el Gobierno Federal.
Omar Cerezo dijo que, a nivel mundial, México es uno de los países cuyo personal de salud está más expuesto, el número de infectados es cerca del 18% de la población total.
El riesgo consta de 360 mil profesionales de la salud del sector público, según el Gobierno Federal, sin contemplar al sector privado, y de incluir ambos grupos el número asciende a cerca de un millón y medio de profesionales entre personal médico, de enfermería y personal técnico, de los cuales 400 mil se han infectado.