El ciberacoso afecta principalmente a mujeres de entre 12 y 29 años, pues en ese grupo de edad es donde reciben la mayoría de ataques, informó Erika Patricia Machaín, encargada del programa de Educando para la Igualdad, de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres.
“La violencia digital la vemos porque hay un resentimiento social y al ser una modalidad tan a la mano, se presta y no identificamos cuáles son las sanciones o dónde acudir si alguien está acosando en redes sociales”.
De acuerdo con las mujeres que han vivido ese tipo de acoso, el 80% es por parte de personas que conocen, como compañeros de escuela o trabajo e incluso familiares y pueden denunciarse a la Policía Cibernética, aunque también hay otros canales de denuncia, porque generalmente ese tipo de violencia va acompañada de otras, como la sexual, la física o la psicológica y corresponde a la Fiscalía General su atención.
Al respecto, Blanca Olivia Villarroel, especialista en Sexualidad Humana del Hospital General de Occidente, se refirió al sexting, una práctica que creció ante el distanciamiento social generado por la contingencia sanitaria, pues se registran más videollamadas, más mensajes y fotografías que hacen referencia al erotismo.
En ese sentido, expuso que existe vulnerabilidad por el material que puede enviarse entre adolescentes o adultos que al romper una relación, podrían verse expuestos y recordó que también debe denunciarse en caso de afectar la integridad de las personas.
En el caso del sexting practicado por adolescentes, su recomendación para los padres de familia es no juzgar, porque “el juicio moral es muy peligroso, porque atenta contra la autoestima de la persona que practicó el sexting, va a formar una personalidad o un impacto en la vida de esa persona”.
También recomendó evitar los castigos y no intimidar a los jóvenes que tuvieron ese tipo de práctica erótica virtual. “Hay que hacer una chamba muy grande en cuanto a informarnos y dar medidas de prevención, si ya escuchamos, pusimos atención al adolescente y evitamos hacer juicios morales, hay que ayudar y en vez de que haya castigo, que exista un canal de comunicación, dándole a los adolescentes otras maneras de vivir la experiencia sexual a parte del sexting”.