El optimismo se respira entre los colaboradores del Michin, desde este mes de agosto reabrieron y ponen todo su esfuerzo por hacer agradable y seguro el recorrido de los visitantes. Desde la recepción, el personal que atiende en los filtros de control y biólogos, saben que el acuario recobra su actividad.
Saludan con cortesía y ofrecen la información necesaria para que el ciudadano quiera regresar.
Los peces, tiburones, lagartos y aves están tal como cuando cerraron sus puertas. La interacción con aves y ahora con borregos y chivos es parte de los atractivos, la tecnología es parte del museo, pero sin duda, el aprendizaje continuo es el plus. En todo momento se conoce algo sobre una especie, sobre todo aquellas que corresponden al ecosistema mexicano. Los pabellones wixárica, maya, mixteca y olmeca, provocan una marea de conocimientos e incitan a crear conciencia de la preservación del medio ambiente.
El momento más impresionante es sin duda el tiburonario, con la presencia del rey de los mares, ahí la presencia de buzos respondiendo preguntas a los niños es sin duda, el final feliz de la visita.