Aunque la presencia de inspectores hace que los famosos golondrinos se muevan de zona, lo cierto es que la presencia de ambulantes irregulares en el Centro Histórico de Guadalajara sigue como algo recurrente.
Si bien sitios como las inmediaciones del Mercado Corona, por la calle Ocampo, que son las que más ambulantes presentan, lucieron libre de comerciantes fuera de norma, lo cierto es que por las calles estos continúan sorteando a las autoridades municipales al vender todo tipo de mercancía.
Desde los comunes cubrebocas de tela o lavables, hasta juguetes, son parte de lo que este domingo ambulantes ofertaron a cientos de tapatíos que iban de paso, sin embargo, tampoco faltaron aquellos que vendieron audífonos y cargadores, así como otro tipo de artículos.
A pesar de las políticas de la administración municipal, en torno a la regulación del comercio ambulante en el centro, lo cierto es que los últimos meses la proliferación de golondrinos ha aumentado –en especial por la pandemia de coronavirus- suscitando en ocasiones caos o problemas, de comerciantes con mismos inspectores o ciudadanos.
De manera más reciente un fotógrafo fue agredido por ambulantes de la zona mientras hacía su trabajo. Ante esta situación, el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro Castro, anunció, hace unos días, que se reforzarán los operativos de supervisión, con 60 inspectores más, con la finalidad de hacer valer los reglamentos municipales.
Debido a lo que sucedió con el reportero gráfico, y que no ha sido la primera vez que se registran este tipo de problemas con otras personas, el munícipe enfatizó que no se tolerará el ambulantaje irregular, ni mucho menos que vendedores actúen de forma violenta.
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