Sin intervención alguna de autoridades, aun con el foco de infección que representa el lugar, docenas de personas sin hogar se cobijan y subsisten entre basura y escombros en un predio abandonado por sobre Paseo de la Arboleda y la calle Atmósfera, de la colonia Jardines del Bosque en Guadalajara.
Pese a la constante queja de vecinos, por los olores fétidos del lugar y el incremento de inseguridad, el problema persiste desde hace años sin que nadie haga nada, aun cuando se han visto a familias enteras de migrantes, pepenadores o indigentes que comen y duermen entre montañas de basura de una finca que en otros tiempos fue un colegio.
"Empezó siendo un lugar donde se paraban los migrantes unos cuantos días, después empezaron los pepenadores y ahorita estamos con el asunto de delincuencia, robos. Están llenos de patines, los nuevos de renta, como que les quitan el cobre, también hay piezas de carros, y ahora parece ser que la droga está por aquí", refirió Daniel Sahd, vecino del lugar.
Moradores de casas aledañas detallaron que la inseguridad es con lo que más le batallan, ya que no solo les han robado botes de basura y partes de autos, sino que se han registrado intentos de robo en viviendas.
Además, resienten el constante desorden que dejan, pues no pueden sacar la basura de sus casas sin que al rato ésta se encuentre tirada por todos lados, lo que ha orillado a que cambien su dinámica al vivir por la zona.
Relatan que varias veces la policía ha llegado, pero solo es para recoger "la cuota", pues en lugar de poner orden solo se estacionan y, por el contrario, se ve que hasta les lavan las patrullas.
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La finca está semidestruida. Desde afuera se puede ver que lo que en otro tiempo fueron paredes, ahora son lonas, escombros y otras estructuras, amarradas con lazos o cables, que sirven para "resguardar" el lugar. Por dentro, montañas de desechos o todo tipo de residuos forman el entorno de lo que vecinos consideran son aproximadamente 50 personas.
En lo que queda de estructura interna están asentadas todas estas personas -con cuartos improvisados o divididos con cobijas-, las cuales durante el día se dedican a diversas actividades; mientras unos circulan con carritos de supermercado abarrotados de basura, otros más entran y salen con bicicletas o lavan coches.
Vecinos aseguran también que en el lugar ha comenzado a circular la droga, pues constantemente se ven llegar carros, cuyos propietarios, después de pasar horas dentro de la finca, salen con comportamientos erráticos.
A decir de algunos habitantes de la propia casa, son personas de escasos recursos que no tienen un lugar a dónde ir, por lo que se dedican a pepenar basura, vender chatarra o arreglar bicicletas. Sin embargo, de manera constante se ve llegar a personas, a pie o en coche, que entregan mochilas o bolsos, a cambio de dinero.
De cara a la pandemia por Covid-19 el predio es un foco de infección, y es que, además de la basura interna, al exterior es común ver todo tipo de desechos tirados. Todo esto, sin contar con la humareda que generan habitantes con periodicidad, porque cocinan con leña.