La fabricación de ataúdes creció alrededor del 10% durante el 2020, año del Covid-19, según reportó la Cámara Maderera Delegación Occidente a través de su presidente, Gonzalo Huerta Madrigal.
En Jalisco desde abril pasado se estableció que las personas fallecidas por Covid-19 pueden ser inhumadas o cremadas y en ambos casos, su depósito final deberá realizarse dentro de las 8 ocho horas posteriores a la certificación de la muerte, con independencia que se hubiesen o no celebrado ceremonia funeraria.
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Aunque no se tiene evidencia de un contagio de Covid-19 a través de cadáveres, durante la contingencia sanitaria se ha optado principalmente por cremar a los fallecidos a causa del coronavirus, pero aún así, la fabricación de ataúdes se elevó alrededor del 10% en comparación con el 2019, según la Cámara Maderera Delegación Occidente, que además de Jalisco, integra a productores de Colima y Nayarit.
El último reporte de fallecimientos por Covid-19 indica que en la entidad han fallecido 5 mil 720 personas desde hace más de nueve meses que llegó el virus a Jalisco.
“Seguramente no coincide con el número de muertes que ha aumentado, pero los atauderos mencionan que la estadística y el dato duro está en la cremación, pues ahí es donde se va encontrar el aumento que se ha venido dando en razón el Covid-19”, dijo Huerta Madrigal.
De acuerdo con el Periódico Oficial de Jalisco, los difuntos con Covid-19 pueden ser inhumados o cremados, siempre y cuando se mantengan en las bolsas en que fueron depositados y el personal operativo autorizado por parte del cementerio para la cremación o inhumación, así como las empresas que presten servicios funerarios y de cremación, deberán contar con medidas adicionales de seguridad y salud en el trabajo.