La apertura de antros y bares durante el pasado fin de semana no fue lo que esperaban quienes se dedican a ese sector, pues la reducción de aforo al 25% en algunos casos representó más altos costos de operación, que ganancias y solo la mitad reabrieron, tras casi nueve meses sin operar.
“Al estar restringido al 25% nuestro aforo la afluencia no fue mucha. Algunos lugares reportaron que los clientes estaban asistiendo, pero algunos otros no y hay que socializar un poco las medidas y protocolos, para que la gente se sienta segura y pueda volver, porque pueden pensar que abrimos e íbamos a estar abarrotados y no es así”, dijo César García, presidente del Consejo de Bares, Discotecas y Centros de Espectáculos (Conbar).
Explicó que la temporada baja para antros y bares tradicionalmente comienza alrededor del 15 de diciembre, porque las personas buscan más las reuniones familiares, y este año, al no haber clases presenciales, los universitarios que son de municipios al interior del Estado están en sus lugares de origen y tampoco acudirán a los centros de entretenimiento nocturno en la ciudad.
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La autorización para reabrir a partir del pasado viernes 4 de diciembre los bares y antros de Jalisco, además de la reducción a apenas una cuarta parte de su capacidad, implicó restricciones en horarios, con un máximo de operación a las 3 de la madrugada, así como las medidas básicas, como filtro sanitario al ingreso y uso de cubrebocas de clientes y personal.
El Consejo de Bares, Discotecas y Centros de Espectáculos estima que antes de la pandemia había 3 mil 600 giros restringidos en Jalisco, que durante casi nueve meses se mantuvieron cerrados, lo que dejó “parados” a más de 100 mil trabajadores de bares y discotecas.
“Aún nuestro panorama es sombrío, pero tenemos la esperanza de ir trabajando poco a poco”, agregó César García, quien dijo, alrededor de mil 800 bares o antros en el Estado podrían cerrar de manera definitiva a causa de la pandemia, lo que se traduce en la pérdida de casi 50 mil empleos.