Extraño y diferente así se vio la ceremonia del Grito de Independencia en tiempos de Covid-19, la otrora insignia de la concentración de los jaliscienses y sus visitantes en esta ocasión lució vacía, sólo algunos de ellos invitados especiales fueron los testigos del espectáculo de luz y sonido que se proyectó, el cual en todo momento estuvo amenazado por la intensa lluvia que no llegó.
Poco después de las 10 de la noche el Gobernador, Enrique Alfaro salió al balcón central y comenzó la arenga independista al decir que “este año los mexicanos celebramos la lucha por la libertad y celebramos también la lucha por la vida, la lucha que estamos dando juntos, que vivan las personas valientes que nos dieron patria y Libertad”.
Tras lo cual dijo que “viva Miguel Hidalgo y que viva también Rita Pérez de Moreno, que viva José María Morelos y que viva Leona Vicario, viva Ignacio Allende y Altagracia Mercado, que vivan los hermanos Ignacio y Juan Aldama y todas las mujeres presas en Pénjamo”.
Su arenga continuó con el “viva Vicente Guerrero y la capitana Manuela Medina, que viva Guadalupe Victoria y Rafaela López, que viva Pedro Moreno y Josefa Ortiz de Domínguez, viva José Antonio Torres y Gertrudis Bocanegra, que viva José Manuel Mercado y Antonia Nava la generala, que vivan las mujeres y los hombres insurgentes, que vivan los héroes y las heroínas que nos han cuidado a todos en medio de la emergencia sanitaria, que viva el personal médico y de salud de nuestro Estado”.
Finalizó al decir que “viva nuestro estado libre y soberano de Jalisco, viva México, viva México, viva México”, y sonó la campana del balcón central como recuerdo de aquel llamado que hizo el cura Hidalgo hace 210 años para luchar por la libertad y la independencia.
Desde temprano los 24 invitados de honor los héroes modernos llegaron a Palacio de Gobierno para ser homenajeados por su lucha durante la pandemia de Covid-19 y en donde muchos de ellos han perdido la batalla o al iniciar la enfermedad fueron agredidos hasta físicamente o bajados del transporte público ante el desconocimiento de la enfermedad.
Uno de ellos es el anestesiólogo del ISSSTE, César Cueto, dijo estar con un sentimiento encontrado en este homenaje ya que ellos viven todos los días en la primera línea de batalla y “nos da gusto que nos reconozcan, sin embargo esto nos ha dejado muchas enseñanzas a todos y hemos tratado de estar con los pacientes lo más que podemos, de ayudarlos o amanecernos con ellos y tratar de hacer aunque sea lo que podamos con lo que tengamos”.
Para todos ellos lo más difícil que han enfrentado en esta pandemia es sin duda el “sacrificio que hacemos con la familia, el sacrificio que hemos hecho con nosotros mismos porque es extenuarte, cansado tanto física como mentalmente, pero es algo que a la vez nos da lucha gratitud nuestro trabajo”.
Pero sin duda una de las situaciones que aún no comprenden es que a cinco meses de la pandemia y de los miles de casos de contagios y de más de dos mil 500 fallecidos en la entidad, lamentan y les da tristeza que aún exista gente que no crea sobre la existencia del virus.
“Yo me siento muy triste al respecto porque quisiera que algún día lo pudieran entender que no es así, está muy difícil, a todos nos puede dar y es muy difícil ver q una persona con ese problema y como no lo han visto yo creo que por eso no tienen miedo, pero cuando lo ven es algo que no se te olvida”, dijo.
Así los 24 médicos, todos con sus batas blancas salieron a los palcos de Palacio de Gobierno para ser testigos de parte de la ceremonia que en esta ocasión no tuvo fuegos pirotécnicos.