Si no fuera por los cubrebocas, algunos de los cuáles se usan a la altura del cuello, cubren la barbilla o la papada, este 23 de diciembre sería igual que cualquier otro año, cuando aún no llegaba la pandemia de Covid-19. Las personas llenaron las calles y negocios, obligaron a restringir estacionamientos en la vía pública y a restringir o incluso cerrar el paso de vehículos, compraron hasta que se cansaron.
Esperan que este jueves 24 de diciembre la situación se complique un poco más ahora sí con compras de pánico. “A varias personas les han pagado hasta ahora el aguinaldo, la misma situación económica provocó esto, y saldrán a comprar regalos de última hora, le estamos pidiendo que acudan y respeten, usen cubrebocas, guarden la sana distancia y además permitan que les tomemos la temperatura”, expresó Alan, encargado de uno de estos negocios.
Las calles Álvaro Obregón y Medrano fueron las más complicadas, obligaron a la autoridad a prohibir que se pudieran estacionar los autos en la zona y mediante cintas extendieron virtualmente las banquetas para evitar las aglomeraciones.
En muchos establecimientos, sin embargo, se acumularon compradores y recibieron varias llamadas de atención, de parte de la autoridad.
Y mientras tanto en Zapopan….
El municipio de Zapopan, en su cabecera municipal, también experimentó el caos al instalarse, por un lado, el tianguis navideño clásico, sobre la calle de Eva Briseño, bloqueando el tránsito de vehículos.
Pero también -en un acto de “genialidad”- en pleno día, con gran cantidad de compras, emprendieron obras por la calle 28 de Enero -al otro costado de la presidencia- y cerraron desde tres cuadras atrás, obligando a los automovilistas a salir hasta Juan Pablo II, para volver por avenida Hidalgo y continuar su camino hacia Periférico. Fue casi mediodía caótico en la zona.
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