María adquirió una vivienda a la que apenas, consiguió, le colocaron el medidor y resulta que ya debe cerca de 50 mil pesos; Beto, jefe de familia, fue empujado por la crisis a ocupar esa vivienda, de la que se hizo con muchos esfuerzos, y hoy resulta que debe 38 mil pesos “por luz”.
Ellos encabezan dos de las 300 familias del fraccionamiento Villa Fontana Aqua que están a punto de quedarse a oscuras y perder algo más, puesto que funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les advirtieron que irán con elementos de la Fiscalía General de la República y la Guardia Nacional a dejarlos a oscuras e incluso embargarlos por los adeudos.
Como ellos, las historias se cuentan por cientos de un fraccionamiento donde -creen- la constructora le quedó a deber “algo” a la Comisión Federal de Electricidad y hoy “se la están cobrando a todos”.
Refieren que quieren pagar y tener luz, pero no encuentran la posibilidad de un arreglo con la paraestatal.
Su “pesadilla” comenzó desde diciembre pasado. En hojas de una cuartilla -no los acostumbrados recibos en color verde- les notificaron de adeudos que van de los 7 mil a cerca de 50 mil pesos.
El documento sin más seña el adeudo más la aplicación de un 16 por ciento para un gran total, que es lo que tienen que pagar -dice el documento- en un lapso no mayor de 15 días.
Un ejemplo, a un vecino le cobran 21 mil 193 pesos más 3 mil 391 pesos de IVA y para un total de 24 mil 584 pesos, que deberá de cubrir en los siguientes tres días en el Centro de Atención de la calle de Guadalupe Victoria número 780, en el barrio de Analco, del sector Reforma de Guadalajara.
Teresa comentó “nos están exigiendo que paguemos esa cantidad y que tenemos 15 días para pagarlo y que ellos están respaldados por Fiscalía, entonces no tenemos todo el dinero para pagar y esto y no somos nosotros, también es toda la colonia que estamos batallando con este tipo de problema que ya se presentó”.
La promesa era que la CFE haría los contratos e instalaría todos los medidores cuando el municipio recibiera el fraccionamiento, pero ahora que empezó la instalación comenzaron a cobrarles un servicio nunca otorgado ni medido, puesto que ellos no tenían contrato ni medidor.
Algunos afirman que les cobran dos años y otros hasta tres, “cuando la casa estaba vacía y sin medidor o de plano yo ni la había ocupado”, dice Alberto N. “Beto”, casado y padre de dos niñas, que tiene unos meses que llegó a ocupar esa vivienda, empujado por la crisis y luego de que ya no pudo pagar la renta de una casa en Guadalajara.
Total que dicen que buscan el diálogo, la CFE quiere su dinero y ellos insisten en que son víctimas de un abuso que raya en acoso, más cuando los amenazan con llegarles a quitar la energía con gente de la fiscalía y la guardia nacional.
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