La decisión tomada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que retira candidaturas a más de una veintena de aspirantes a presidencias municipales, será impugnada hoy mismo por parte de los afectados.
“Los motivos ya los saben los tonaltecas y espero que el Instituto Electoral salga y dé la cara y explique a los jaliscienses lo que sucedió, su incapacidad y su poco compromiso con la democracia”, dijo Sergio Chávez Dávalos, aspirante de Morena por la presidencia municipal de Tonalá, a quien le negaron la candidatura.
Ahora su equipo jurídico está revisando si la impugnación será en el Tribunal Electoral Estatal o si se irán a la Sala Regional del Tribunal Federal Electoral y “estoy seguro que apareceré en la boleta del próximo 6 de junio”.
Sin señalar en particular a algún actor político, dijo que “todo se presta” para creer que el retiro de la candidatura obedece a intereses, tanto de entes de gobierno, como de otros partidos políticos.
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Quien también señaló a los “poderes fácticos”, tanto estatales, como municipales, fue Luis Ernesto Munguía González, aspirante del Partido Verde Ecologista de México por la alcaldía de Puerto Vallarta.
En su caso, ya definieron que irán a la Sala Regional del Tribunal Electoral Federal para echar abajo la decisión del IEPC y desdeñó las críticas por haber intentado ser candidato del partido Movimiento Ciudadano y de Morena, para finalmente contender por el Partido Verde.
“Se tenía una expectativa en esa ruta, pero nunca imaginamos que sus procesos podían ser tan informales y tan indefinidos y agradezco que el Partido Verde nos abrió las puertas, no a mí, sino a todos un equipo de liderazgos locales en Puerto Vallarta”.
Las campañas comenzaron en el primer minuto del 4 de abril y hasta la madrugada del 5 de abril se rechazaron las candidaturas a más de veinte aspirantes, la mayoría de ellos de Morena, por lo que cuestionan al consejo del organismo electoral los tiempos para determinarlo.
Ambos candidatos calculan que serán alrededor de 10 días lo que se retrase su aparición pública para pedir el voto de los habitantes de los municipios a los que aspiran gobernar, mientras ellos “se reservan” de acudir a actos de campaña, para no entorpecer los procesos.