El Gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, aclaró —como es su costumbre— mediante mensajes de Twitter, que guerra de baja intensidad, no es minimizar la grave situación de inseguridad que se vive en el Estado, sino se refiere a la lucha entre grupos criminales que tratan de controlar un territorio y para eso usan tácticas de terror.
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Luego de declarar el pasado miércoles ante medios que las fosas con 10 cuerpos cada una encontradas en los últimos días en Guadalajara como Tlajomulco eran parte de la guerra de baja intensidad, puntualizó Sandoval Díaz, que no se refería a un eufemismo.
“Baja intensidad no se refiere a los niveles de violencia del conflicto sino a la naturaleza de la violencia, las estrategias utilizadas y cómo se enfrentan los entes que están en conflicto”, explica en su mensaje.
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Son términos que surgen durante la guerra fría para explicar movimientos de insurgencia y contrainsurgencia y ha evolucionado para referirse a la lucha entre grupos del crimen organizado, del narcotráfico y terrorismo.
Desde que inició la guerra contra el narcotráfico en México, se ha utilizado este término de baja intensidad para referirse al recrudecimiento de la violencia en el país por los enfrentamientos entre esos grupos y la autoridad o entre los mismos cárteles criminales.
“Reconocer este escenario nos puede ayudar en la búsqueda de soluciones a este grave problema”, reiteró esta guerra contra el narcotráfico sólo llegará a su fin si además de una perspectiva bélica se ataca también la cuestión económica, política y social.