/ miércoles 24 de julio de 2024

Mujer víctima de violencia teme por su vida y la de sus hijos; su agresor podría quedar libre

En julio del 2022 su agresor la hirió con arma blanca en el cuello, la espalda y la mano

Noemí Anton, una mujer que hace dos años vivió la violencia de parte de su ex pareja acudió este miércoles al Centro Integral de Justicia para la Mujer para pedir que no le otorguen la libertad.

Recuerda que fue en julio del 2022 cuando en la calle su agresor la hirió con arma blanca en el cuello, la espalda y la mano y este día, visiblemente nerviosa, con una oración a Jesucristo en la mano se mantuvo afuera de las instalaciones del centro esperando su audiencia de revisión de medidas cautelares para ver si su agresor continúa en prisión o lleva su proceso en libertad.

“Tengo mucho miedo que salga y nos haga daño a mis bebés o a mí, porque no era la primera vez que me atacaba, fueron varias veces pero de las otras denuncias todavía no se llevan acabo las audiencias”.

Te recomendamos:

La revisión de amparo corresponde al Segundo Tribunal Colegiado y pidió a magistrados que revisen bien su caso, porque originalmente era considerado intento de feminicidio y se reclasificó a lesiones.

Ese ajuste le indigna, porque existen antecedentes en contra de su agresor, quien se desempeñaba como paramédico de la Cruz Verde Zapopan y “si sale nos puede hacer daño, porque no fueron nada más lesiones, si yo no me hubiera defendido sí me hubiera matado”.


Foto. Aurelio Magaña / El Occidental


Afirma que su agresor escuchó el pulso de vida, un aparato que se entrega a mujeres víctimas de violencia para alertar a las autoridades de manera inmediata ante cualquier riesgo, mismo que este miércoles portaba en el cuello, como si de un collar de tratase y que por agresiones previas que fueron ignoradas por las autoridades, ya portaba en la última agresión.

“Él quería matarme, no me quería asustar, no te apuñalan en el cuello y la espalda ya cuando estás en el piso, eso no es nada más lesiones… Pido que el magistrado pueda ver que no nada más son lesiones, una lesión es que me corte el dedo cortando algo de la comida, no una lesión en el cuello, la espalda y la mano, si yo no me defiendo me la hubiera enterrado bien”.

Ella es madre de dos niños, uno de cuatro y otro de dos años de edad y el mayor se mantiene en “una situación médica y estoy buscando opciones médicas, pero si sale nos tendríamos que resguardar y lo que me interesa es encontrar una solución para la situación médica de mi bebé”.


Foto. Aurelio Magaña / El Occidental


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Noemí Anton, una mujer que hace dos años vivió la violencia de parte de su ex pareja acudió este miércoles al Centro Integral de Justicia para la Mujer para pedir que no le otorguen la libertad.

Recuerda que fue en julio del 2022 cuando en la calle su agresor la hirió con arma blanca en el cuello, la espalda y la mano y este día, visiblemente nerviosa, con una oración a Jesucristo en la mano se mantuvo afuera de las instalaciones del centro esperando su audiencia de revisión de medidas cautelares para ver si su agresor continúa en prisión o lleva su proceso en libertad.

“Tengo mucho miedo que salga y nos haga daño a mis bebés o a mí, porque no era la primera vez que me atacaba, fueron varias veces pero de las otras denuncias todavía no se llevan acabo las audiencias”.

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Ese ajuste le indigna, porque existen antecedentes en contra de su agresor, quien se desempeñaba como paramédico de la Cruz Verde Zapopan y “si sale nos puede hacer daño, porque no fueron nada más lesiones, si yo no me hubiera defendido sí me hubiera matado”.


Foto. Aurelio Magaña / El Occidental


Afirma que su agresor escuchó el pulso de vida, un aparato que se entrega a mujeres víctimas de violencia para alertar a las autoridades de manera inmediata ante cualquier riesgo, mismo que este miércoles portaba en el cuello, como si de un collar de tratase y que por agresiones previas que fueron ignoradas por las autoridades, ya portaba en la última agresión.

“Él quería matarme, no me quería asustar, no te apuñalan en el cuello y la espalda ya cuando estás en el piso, eso no es nada más lesiones… Pido que el magistrado pueda ver que no nada más son lesiones, una lesión es que me corte el dedo cortando algo de la comida, no una lesión en el cuello, la espalda y la mano, si yo no me defiendo me la hubiera enterrado bien”.

Ella es madre de dos niños, uno de cuatro y otro de dos años de edad y el mayor se mantiene en “una situación médica y estoy buscando opciones médicas, pero si sale nos tendríamos que resguardar y lo que me interesa es encontrar una solución para la situación médica de mi bebé”.


Foto. Aurelio Magaña / El Occidental


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