Al límite de su resistencia, así están los escasos negocios que aún abren sobre la avenida Revolución entre la Calzada Independencia y Miguel Blanco y es que las eternas obras de la Línea 3 del Tren Ligero combinadas con la inseguridad de la zona, los han dejado prácticamente sin clientes y eso no lo pueden soportar por mucho tiempo más, por lo que exigen que ya se comience a abrir los espacios para que lleguen los compradores.
Y aunque algunos de ellos no desean hablar de la precaria situación en la que están tras casi cinco años de obras que parecen no tener fin o avanzan lento, se puede apreciar que la calle está prácticamente sola, con suciedad y polvo de los trabajos.
A lo largo de las dos cuadras se ven las banquetas en pésimo estado, prácticamente con baches que sí se tiene una discapacidad eso sería un verdadero obstáculo.
PELIGRO A CLIENTES
Está soledad de las calles es un riesgo para los clientes, señalan de forma anónima quienes pretenden abrir sus establecimientos pero no se atreven porque no hay clientes y los asaltos son la historia de todo el tiempo, sobre todo al caer la noche.
También muestran cómo hay basura amontonada, de cómo los indigentes o personas en situación de calle toman como baño las láminas.
Al mismo tiempo se aprecian los montones de ropa que dejan estas personas con la “confianza” de que nadie se la llevará pero eso combinado con los restos de las necesidades fisiológicas generan un olor nada agradable para quienes por ahí caminan o se atreven a caminar por ahí.
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Una de las demandas de los pocos comerciantes es que ya se permita el paso por los cruces de Revolución con Degollado y en la de Corona, así se podrá tener mayor movimiento pero parece ser que las autoridades encargadas de los trabajos no entienden.