Un menor de 15 años que es obligado a trabajar, estará sujeto a condiciones inapropiadas, para su desarrollo tanto físico como psicológico, afirmaron expertos de la Universidad de Guadalajara, al dar a conocer que México es el segundo lugar de Latinoamérica con más casos de menores trabajando, al superar los 2 millones.
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“Donde se ve una situación grotesca es en el campo, donde están en contacto con agroquímicos y calor. Además, con el peso de botes de jitomates o berries y el que trabajen agachados para la recolecta”, dijo María Rita Chávez Gutiérrez, investigadora del Departamento de Desarrollo Social del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Además, el estar en contacto con insecticidas les afecta la salud, lo que genera alergias incluso en edades adultas, problemas de piel, respiratorios, así como leucemias, que ya se han documentado en otras entidades al norte del país, mientras que en las ciudades el trabajo peligroso es en ladrilleras.
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“Hablamos del trabajo infantil como si fuera algo completamente extraído de la realidad y es parte de un fenómeno a nivel internacional, que es el modelo económico en que estamos y es una consecuencia de ese modelo y le damos a los niños una obligación que no les corresponde”.
Indicaron que la situación se agravó en los últimos años y de acuerdo con sus cifras, muchos de los menores que trabajan son migrantes. Tan solo en el sexenio pasado 138 mil menores de edad entraron en proceso migratorio, 65 mil de ellos viajaban sin alguna compañía y en su mayoría eran de Honduras, El Salvador y Guatemala.
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