Tras ocho días de festividades, con un hasta pronto y un abrazo fraterno, peregrinos de La Iglesia La Luz del Mundo dieron por terminada su octogésima edición de la Santa Convocación y emprendieron el regreso a sus lugares de origen en 58 países, luego de que este año se uniera Nueva Zelanda.
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La experiencia fue infinita -la describen- luego de que el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, caminó entre ellos por las calles de la Hermosa Provincia. De él, escucharon el consejo que les dejó, al recordarles que todo en este mundo es pasajero, que la Iglesia es peregrina y que su destino ésta en el reino de los cielos.
Ellos, mientras tanto, renovaron sus votos ante Dios para sumarse a los propósitos apostólicos, principalmente en la expansión del evangelio en las naciones en las cuáles éste aún no se ha escuchado.
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Los fieles de La Iglesia la Luz del Mundo, por su parte, se llevan el compromiso de construir más casas de oración para la gloria de Dios, inundar más ciudades con la predicación, preparar más y mejor a los niños y a los jóvenes, crecer en el conocimiento del evangelio y aprender idiomas.
El Apóstol Naasón Joaquín invitó a un representante de cada continente y miembros del cuerpo ministerial para fundirse en un abrazo como hermanos en Cristo, y con ellos toda la iglesia, mientras los coros entonaban la alabanza “Nos veremos, nos veremos en la tierra más allá”.
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La Santa Convocación 2018 se desarrolló en calma del 7 al 15 de agosto en 16 sedes, con la presencia de más de 500 mil personas de 58 países en los cinco continentes de la Tierra, lo que generó una derrama económica en la ciudad de Guadalajara de casi 300 millones de dólares.
El pastor Eliezer Gutiérrez Avelar, ministro de Comunicación Social de la Luz del Mundo, a nombre de toda la Iglesia agradeció a las autoridades por las facilidades para llevar a cabo esta magna festividad, así como a los medios de comunicación por su cobertura y al pueblo jalisciense por su hospitalidad.