El pasado 4 de octubre fue develada una escultura en honor a uno de los santos más venerados por los fieles de la iglesia católica, precisamente frente a su templo que está ubicado en pleno corazón del Centro Histórico de Guadalajara entre las calles de 16 de septiembre, Ramón Corona y Prisciliano Sánchez. Nos referimos a San Francisco de Asís que se encuentra en la zona conocida como Los Dos Templos donde resalta el clérigo junto a un lobo en referencia al poema que escribió Rubén Darío y que lleva por nombre Los Motivos del Lobo.
Tanto su colocación como la respectiva develación pasaron desapercibida. Sin embargo, pasar por la zona es como trasladarse a la antigua Guadalajara de los años 1580 donde también comparte el lugar con otro templo: el de Nuestra Señora de Aranzazú que ha sido sinónimo de constantes remodelaciones.
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Cabe recordar que el templo de Asís es catalogado como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su preservación y es uno de los inmuebles más emblemáticos de la ciudad, dado que su edificación va unida a la fundación de Guadalajara.
Se dice que la obra Los Motivos del Lobo fue colocada e inspirada en honor a Francisco de Asís donde se afirma que quizá sea una metáfora religiosa que usó el poeta Rubén Darío para hablar de esa alimaña metafísica que es el hombre.
El bien no es absoluto. El mal lleva camino de serlo en un mundo enmarañado, irresponsable, vacío de valores y de respeto. Política y religiones tienen su parte extensa de culpa en ese desquiciamiento de una humanidad globalizada, por ello el santo se afligía y expresaba sus oraciones por la salvación de la humanidad.
La gente pasa y en su camino se encuentra con esta pieza de gran tamaño. Algunos se paran para leer lo que dice en sus paredes donde algunos no alcanzan a comprender la metáfora en sus escrituras. Algunas personas mayores se detienen y cuentan a sus familiares quién fue San Francisco de Asís, así como los milagros que hizo al interceder por los necesitados.
Incluso se escuchó la historia del origen del porqué se le relaciona con el lobo. Cuenta la leyenda que un lobo feroz tenía atemorizada a todo un pueblo y nadie se aventuraba a salir de la ciudad. Sin embargo, el padre Francisco de Asís motivó a los fieles a no tener miedo y sí mucha fe para enfrentar todos sus problemas. Fue así como ante la mirada atónita de los habitantes del lugar decidió buscar al lobo, al verlo se le puso enfrente y lo conminó en el nombre de Cristo a no hacer daño a nadie.
El lobo cedió al poder celestial y fue así como nació la historia que se plasma en la escultura como mesa del altar en la cual San Francisco de Asís habría acordado el pacto de paz entre los habitantes y el lobo.
En las paredes del arte se lee la poesía de Rubén Darío, así como una leyenda que afirma que el conjunto escultórico fue realizado por tres artistas: Maruca Gómez, Noel Flores y Josué García. Una joya arquitectónica imposible de no admirar en Los Dos Templos.
