Habrá copias, otros que les robaron el nombre de Meños, pero los verdaderos y originales hot dogs de la Minerva se distinguen por su sabor y tradición. Tienen ya 70 años de vida como negocio y contando.
Siete décadas y aunque hoy su razón social es “Manuel M. Arias” para sus clientes son inconfundibles.
La historia de este negocio familiar que ha recorrido las cuatro principales esquinas de la zona de la Minerva y Golfo de Cortés inició en 1956, explicó Jorge Barajas Vázquez quien desde 1997 trabaja en este establecimiento que apaga las ganas de saborear los famosos dogos de salchicha doble en la ciudad.
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“Me gusta trabajar aquí porque me tratan bien y me gusta atender a nuestra clientela. Desde 1956 nos llamábamos Dogos Meños pero nos robaron el nombre, lo registraron y ahora nos llamamos "Manuel M. Arias" porque el patrón no quiso pelear ni tener problemas con la familia y aquí seguimos”.
Mientras platica la historia del establecimiento que fundaron sus tíos y su hermano Meño en 1956 los clientes que son asiduos pasan y lo saludan desde la calle. Y continúa con la plática al señalar que ellos prácticamente fueron los creadores de los hot dogs pero la idea no sólo se quedó en vender un producto que a la fecha es muy popular, se encuentra en muchas de las esquinas de la ciudad sino que también inventaron el pan que necesitaban y con un sabor único que no ha cambiado hasta la fecha.
Con orgullo dice que van a cumplir 70 años de servicio en la misma zona y “hemos cruzado las cuatro esquinas empezando por Vallarta, luego en Isabel la Católica y Golfo de Cortés; después en Golfo de Cortés en otras dos esquinas”, hasta que finalmente se establecieron en el local actual y en que atiende de 08:00 a las 02:00 horas.
“Esta idea fue por mi tío 'el güero’ y el panadero que era amigo de mi tío y le dijo así: ‘¿oye güero no quieres vender dogos? yo te hago tu pan’ y ya después se lo llevaron con lo que inició a venderlos desde 1956 con esa tradición y seguimos con el mismo proveedor porque está rico, esponjado y diferente al comercial”, detalló.
La clave del éxito de su permanencia es por la calidad de los productos que todos los días son frescos es decir la crema, salchichas de pollo cocidas en agua, salsas, calidad en el servicio. “Esta tradición sigue porque seguimos los mismos, es decir el pan, una buena salchicha de pollo y una buena crema de Tepatitlán”.
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Pero un factor esencial de este éxito es sin duda los clientes fieles, algunos de ellos llevan hasta 50 años o un poco más de acudir de forma regular y de ahí para abajo. En cuanto a generaciones atendiendo el negocio la primera fue su tío, luego su hermano Meño, luego otros familiares y nosotros; ya somos la cuarta generación, pura familia, no hay ninguno otro que no lo sea”.
Este modelo ha sido copiado, imitado, les buscan panaderos para que cambien de pan, que cambien de crema y salchicha, pero la tradición es seguir con los mismos proveedores para mantener la misma calidad.
La parte emotiva es sin duda la familiaridad con la que los clientes llegan para consumir o cuando se dirigen a sus oficinas y eso se logra debido al tipo de atención y mientras platica se escucha “hola primo”, “hola hermano”, “buenos días”, “cómo están hoy”. "En realidad es una amistad muy bonita porque el trato que les damos es el que ellos nos dan y nos tratan muy bien”.
Así que ya lo sabes, si andas de antojo o quieres quedar bien con tu pareja no dejes pasar la oportunidad de disfrutar de unos ricos hot dogs por la Minerva.