En medio de lodo, una calle destrozada, piedras y basura a la entrada, así fue la bienvenida que se le dio a clases a los estudiantes del Centro Universitario de Tlaquepaque (CU Tlaquepaque), camino que deben de recorrer quienes ya acuden a esas instalaciones denos Universidad de Guadalajara ubicadas en el Cerro del Cuatro.
Sin contar con las condiciones adecuadas o mínimas de urbanización para tener un camino seguro las dos cuadras que tiene que caminar los estudiantes desde la parada del camión hasta la puerta del Centro Universitario, la cual está llena de cajas de cartón y una manta a todo color en donde se lee “Bienvenido a tu primer día de Clases”.
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Al caminar por la zona lo que se encuentran los jóvenes y sus familiares que los acompañaron para ver las nuevas instalaciones, se dieron cuenta de que la parada del camión queda algo retirada, se tienen que caminar en medio de baches profundos, sortear los obstáculos que representan las piedras de todos tamaños, en esta época de lluvias la calle lo que ofrece es lodo y charcos de barro, no se observa vigilancia y tampoco se aprecia que haya velocidad en los trabajos de reparación de las calles.
La calle del Ingreso al Centro Universitario también tiene algunos detalles por concluir, en coche prácticamente es complicado de pasar y con el riesgo de tener algún daño en caso de que el bache sea muy profundo y no se alcance a apreciar con la lluvia. Sólo con una máquina a lo lejos se observa que realizan algo de trabajo pero sin prisas por tener lo antes posible concluida la mejora de la calle.
Aunado a eso la primera semana de clases para algunos grupos fue virtual pero las complicaciones del enlace que enviaron a los estudiantes ha sido imposible conectarse para algunos ya que el sistema se satura y al consultar con control escolar la respuesta es que “se conecte más temprano” o que se utilice el correo institucional pero no todos los alumnos egresaron de una prepa de la UdeG y no cuentan con él, no se les informa cómo obtenerlo.
Así la primera semana de clases se va entre lodo, incomunicación y poca asistencia a los jóvenes para agilizar sus procesos de adaptación a lo que se presume sería uno de los centros más bonitos por su ubicación y entorno de la naturaleza.