A un mes de concluir la administración de Enrique Alfaro Ramírez, hay avances significativos en temas de salud, educación, economía y movilidad, pero persisten pendientes en otras áreas, como la igualdad, la violencia contra las mujeres, los desaparecidos, la crisis forense y la relación cordial con las autoridades federales, quienes han dejado a Jalisco fuera de los recursos, especialmente para el mantenimiento de carreteras. Una de las obras que impulsó y que está por concretarse es la Línea 4 a Tlajomulco.
La semana pasada, el ejecutivo estatal informó que están por llegar ocho trenes que vienen en barco desde China. "Valió la pena luchar por este sueño que está cada vez más cerca de ser realidad". Unas semanas antes del inicio de su administración, el mandatario electo se reunió con representantes de universidades, cúpulas empresariales, sindicatos, asociaciones civiles, dirigentes de partidos y autoridades electas, tanto municipales como federales, para enviar el mensaje de que Jalisco estaba unido y reclamaba un trato justo por parte de la federación.
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Desde ese momento, las confrontaciones y desacuerdos con el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, comenzaron, ya que no compartían las mismas ideas y conceptos de gobernanza, y mucho menos la decisión de que las políticas se tomaran desde el centro, siendo Jalisco la cuna del federalismo y la división de poderes. Ante la negativa de entregar la administración de los sistemas de salud y educación a la federación, estos fueron dos de los temas que marcaron la administración alfarista y obradorista, lo que resultó en desabasto de medicamentos, la prohibición de compra de fármacos para atender la pandemia, recortes en las participaciones federales y, sobre todo, la falta de diálogo directo entre mandatarios.
El siguiente paso que definió la administración de Alfaro Ramírez fue que, en plena pandemia de COVID-19, la coordinación y los modelos de atención no fueron iguales. Mientras el gobierno federal lanzaba lineamientos y anunciaba el control total de la compra y distribución de las vacunas, en Jalisco se decidió establecer un modelo propio de medición, atención y proceso de vacunación, intentando adquirir vacunas de forma independiente al país.
La disputa se intensificó cuando el mandatario, en una conferencia, afirmó que, ante la falta de una distribución adecuada de recursos entre los estados, se buscaría un nuevo pacto fiscal o un cambio en la Ley de Coordinación Fiscal, señalando que de cada ocho pesos que la entidad entregaba al gobierno federal, solo se devolvían dos en programas y obras.
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Esto se agravó cuando Alfaro Ramírez, junto a otros mandatarios de la región, impulsaron la creación de la llamada Alianza Federalista, lo que supuso un duro golpe a la Conferencia Nacional de Gobernadores, que, según él, no llevaba a nada y solo servía para la toma de fotografías con el presidente.
A este frente se sumó la disputa con la Universidad de Guadalajara, a la que le retiró un apoyo de 140 millones de pesos destinado para la construcción del Museo de Ciencias, argumentando que era más urgente atender la salud de los jaliscienses que un edificio que consideraba un negocio del fallecido Raúl Padilla. Esto desató una fuerte confrontación desde todos los frentes universitarios y más de 180 manifestaciones y clases afuera de Casa Jalisco, demandando la devolución de esos recursos, un conflicto que culminó con la iniciativa del Presupuesto Constitucional para la universidad.
Sin embargo, no todo fue negativo en la administración; también hubo logros, como los acuerdos para finalizar la Línea Tres del Tren Eléctrico, que hoy en día es uno de los sistemas más importantes, transportando a más de 130 mil personas diariamente y conectando desde Tlaquepaque hasta Zapopan, con las líneas 1 y 2, así como con el Macrobús de la Calzada y el de Periférico. Se ordenó el transporte público y se fijaron lineamientos generales.
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