El lavado de pies que hace Jesús sobre sus discípulos es el mandato que da a toda la humanidad de la caridad y el amor que se debe profesar hacia los demás, consideró el Arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega.
Durante la homilía, en la misa de la Cena del Señor que se llevó a cabo este jueves santo por la tarde en la Catedral, el cardenal habló de cómo Jesús con el lavatorio entregó su divinidad para lavar el pecado de los demás, al manifestar su amor no con discursos sino con la entrega a con sus amigos.
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"Cristo nos deja el ejemplo, nos deja el mandato de la caridad, del servicio a nuestros hermanos, pero no como un discurso, no como un buen consejo o intención, Cristo nos deja el mandato de la caridad como una acción precisa, concreta, que significa entregarnos, que significa dar de lo mucho o de lo poco que tengamos a nuestros hermanos".
De cara a las celebraciones que se llevan a cabo en la ciudad, por estos días santos, expresó que con este acto se demostró que no hay persona con amor más grande que aquella que da la vida por sus amigos. De ahí el recalcar la enseñanza que se deja con esto de ayudar a los demás, en especial a quienes más sufren.
"El mandamiento del amor, el mandamiento de la caridad como distintivo de quienes nos apreciamos de ser discípulos del señor Jesús. No podemos decir que somos discípulos si no amamos a la manera de él; entregándonos sin esperar, sin reclamar, sin proponer, con un desinterés total, con una entrega plena. Jesucristo nos deja el mandato de su amor y su caridad".
Luego de la homilía el cardenal procedió al tradicional lavado de pies, que en esta ocasión fue a doce seminaristas.