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Con la reforma al Poder Judicial se pone en riesgo el perfil de los juzgadores y no se podrá saber si son los más profesionales, preparados y con capacitación constante, destacó la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en retiro, Margarita Beatriz Luna Ramos, al participar en los festejos del Día del Abogado.
Ante decenas de litigantes y magistrados del Poder Judicial de Jalisco reunidos en el pleno del Supremo Tribunal señaló que se deben tener en cuenta todos esos aspectos para que “si como ciudadanos vamos a poner en sus manos nuestros derechos más preciados, nuestra libertad, nuestro patrimonio, todos aquellos derechos que la constitución y los tratados internacionales reconocen y orden respectar”.
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Es por eso que cuestionó que en manos de quién se quiere que estos derechos estén y los protejas, en “manos de personas que en un momento dado pueden ser electas, quizás por simpatía, ni dudo que esto sea así, pero qué queremos, un juez simpático o un juez profesional; un juez de excelencia o un juez que cae bien o que tiene ciertas simpatías con aquellos partidos mayoritarios”.
Tras lo cual hizo la analogía de que si a ella la van a operar de un tumor canceroso qué tipo de médico confiar, es decir en el médico profesional, el especialista, en el que tiene el conocimiento y la experiencia necesaria o se va a buscar “por elección popular al médico más simpático para poner en juego mi vida, así de sencilla es la comparación”.
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Agregó que para ella, después de 40 años de ejercer en el Poder Judicial de la Federación, “es un poco triste la circunstancia que hoy se nos presenta, la reforma que se está planteando tiene diferentes ejes y uno de ellos es precisamente la transformación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el voto popular de jueces magistrados y ministros, la transformación del Consejo de Judicatura federal en dos órganos diferentes como Administración y Disciplina”, entre otros cambios.
Finalmente dijo que es necesario pensar qué clase de país se quiere para las futuras generaciones pero en especial para la que está viviendo en esta época, si se quiere un país en el que exista confianza en un Poder Judicial fuerte, eficaz y honesto, pero una cosa es que se busque perfeccionar la institución y otra es que se quiera cortar de tajo.
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