Una novela que recupera parte de la historia de las mujeres impresoras de hace varios siglos, es “La Cofradía de las Viudas”, de Mónica Hernández, escritora mexicana que busca visibilizar el trabajo de las mujeres.
En una charla con la autora, presente en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, explicó que la novela se escribió en medio del confinamiento de la pandemia por coronavirus y en la búsqueda, encontró nombres de las mujeres que en esa época imprimían principalmente misales, elegías, poemas, villancicos, cartillas y silabarios, con lo que enseñaban a leer, la mayoría viudas, porque se casaban con hombres mayores que al poco tiempo fallecían y a eso se debe el título del libro.
Podría interesarte → Habrá apoyo institucional del Gobierno para FIL: Enrique Ibarra
“Hubo muchas mujeres de las que no se conocen sus nombres, que trabajaron y gracias a ellas tenemos la industria editorial y sus nombres han estado ocultos, solo están sus nombres en los trabajos… Esto no nos lo cuentan en la escuela”.
Todo comenzó con una publicación que Mónica Hernández encontró en Twitter sobre Paula de Benavides, una mujer impresora novohispana, lo que le llamó la atención, porque a lo largo de los años nos han transmitido que en esa época las mujeres se dedicaban al cuidado de sus hijos, a atender el hogar y a ir a misa, pero buscando su biografía encontró que esa mujer fue la viuda de Bernardo Calderón y estuvo en una imprenta de 1640 a 1685, además de haber sido fundadora de una dinastía de impresores por 150 años.
“Es ficción, sin embargo las impresoras existieron, sus nombres están en los impresos, en el colofón o la primera página de los impresos que tenían licencia o permiso y todo esto… Es una historia nuestra y yo creo que de éstas hay que conocer más y seguiré buscando historias de mujeres perdidas, porque hay muchas que estuvieron antes que nosotros y están calladas y guardadas y hay que hablar de ellas”.
Parte de la intención de visibilizar el trabajo de las mujeres desde hace siglos, es para acabar con las prácticas machistas donde se pretende que sean varones quienes atiendan los negocios familiares, pues a decir de la escritora, al menos en la industria de la impresión y las artes gráficas, ese fenómeno sigue ocurriendo.
Te recomendamos → Funcionarios de la UdeG esperan a manifestantes para dialogar con ellos afuera de la FIL
“He tenido oportunidad de conocer a personas de las cámaras de la industria de artes gráficas y me dicen que es su historia, que les sigue pasando lo mismo, porque llega alguien que quiere imprimir camisetas, plásticos, libros, lo que sea y le piden hablar ‘con el ingeniero’, lo que significa que sigue pasando después de 600 años”.