Daniel Robles Haro, un joven que nació con parálisis cerebral, aspira a ser un gran comunicador, nada lo detiene, busca hoy como emprendedor registrarse en el Sistema de Administración Tributaria (SAT) y por supuesto cumplir cabalmente con sus obligaciones.
Sin embargo, en un primer intento, le han negado ese derecho y el argumento es que para firmar necesita ayuda.
Su certificado de discapacidad otorgado por el sector salud jalisciense señala que la misma es motora y de un grado severo, pero no impone limitaciones.
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Daniel colabora con Julio Astillero en su programa y a través de sus historias ha sensibilizado, concientizado y sobre todo despertado en el público la importancia de la inclusión.
Como todos los mexicanos, en estos tiempos que las leyes hacendarias tuvieron un cambio y Daniel fue alcanzado por ello. Hizo el trámite normal en línea, tardó semanas y finalmente obtuvo la tan ansiada ficha para cumplir con la entrevista y el registro en el SAT.
Optimista como siempre llegó puntual a la cita. En sus redes sociales describió el momento: “La persona que me atendió fue siempre muy amable y me explicó bien mis opciones”.
Pero luego surgió lo que para el funcionario era un inconveniente. “tuvo que llamar a su coordinador para saber si procedía que yo obtuviera mi firma electrónica”.
Quien lo atendía tuvo que llamar a su coordinador para saber si procedía obtener de Daniel la firma electrónica. “Como yo no puedo firmar de forma autónoma, pues fue a consultar las normas. Y al regresar nos explicó que el SAT no puede saber a simple vista si yo soy una persona capaz de asumir una responsabilidad como contribuyente”.
La lesión de Daniel es motora
El certificado de Daniel, de 26 años de edad, señala que su lesión es motora. “Y que me comunico con tableros. Y que requiero, por supuesto, un cuidador”.
Conclusión: El SAT terminó por darle dos opciones:
1.- Presentar un dictamen médico de capacidad (moral o mental supongo, anotó él).
2.- Que su mamá consiga un dictamen de incapacidad y ella firme por él como tutora.
Robles Haro ha despertado las redes sociales con lo sucedido, más aún cuando él mismo reflexiona: “Yo sé que es un hecho que siempre requeriré ayuda física, pero me gustaría ser reconocido legalmente como una persona capaz de tomar decisiones y adquirir responsabilidades”.
Hoy, a falta de una firma, enfrenta una gran disyuntiva ¿declararse incapacitado o quizás buscar a través de alguna instancia ser reconocido legalmente?
Por lo pronto el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos se han acercado ofreciendo su respaldo y las autoridades seguramente tendrán que analizar su eficiencia, sobre todo ahora que se habla de un México cambiante, pero además incluyente.
De última hora y al cierre de esta edición, la Comisión Nacional de Derechos Humanos inició una investigación al respecto en coordinación con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco. Se dijo que el caso es muy similar a otros que se han suscitado en bancos e instituciones de crédito, donde se han negado a seguir adelante con los trámites bajo el argumento de que no se trata de una firma autónoma, sino que se necesita el apoyo de una segunda persona. En ese sentido, ya se han expresado y es un gran tema que vienen agotando los defensores para que a las personas con una discapacidad, se les reconozca legalmente.