En sectores como la agricultura es donde se emplea a la mayor parte de menores de edad que están trabajando en condiciones irregulares.
Sin embargo hay otros espacios como en construcciones como albañiles, en las minerías, en maquilas e incluso en taquerías, donde están expuestos a trabajar a altas horas de la noche.
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Así lo dio a conocer Ricardo Fletes Corona, jefe del Departamento de Desarrollo Social del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) este 12 de junio en el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil.
Cuestionó que en México los datos más actuales son del 2019 y representaban 28.5 millones de menores de 5 a 17 años, de los cuales 2.2 millones trabajaba, aunque esa cifra con la pandemia pudo haber aumentado.
En tanto, para Jalisco se estimaron un millón 833 mil 546 personas entre 5 y 17 años, de las cuales 181 mil 902 tenían alguna ocupación laboral, lo que coloca a la entidad en el octavo lugar nacional con niñas y niños trabajando.
Fletes Corona reiteró que ese dato pudo crecer tras la pandemia, sobre todo por el fenómeno de la migración en Jalisco, que también favorece que las familias pobres se vean obligadas a que los miembros más pequeños se les mande a trabajar.
“El trabajo infantil es una de las peores pandemias con arraigo histórico en el país”, aseguró el académico de la Universidad de Guadalajara.
En el mismo sentido, María Antonieta Chávez Gutiérrez, docente del CUCSH señaló que es injustificable cualquier tipo de trabajo para niñas y niños, aunque los trabajos más extremos y peligrosos son aquellos donde el pequeño está expuesto a condiciones del medio ambiente, actividades que impliquen fuerza física, pero también las que tienen que ver con reclutamiento, trata y más.
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“Es realmente una explotación y sometimiento, pues están expuestos a una serie de condiciones perversas que tienen que ver con la explotación laboral y en algunos casos forzados como el sexual, la pornografía y situaciones que atentan contra las condiciones vulnerables que vive la infancia”.