Con la entrada en vigor del Programa Piloto de afiliación al Insituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a las trabajadoras domésticas, se corre el riesgo de que se pierdan algunos empleos o se mantengan en el subregistro como ha sido hasta el momento, esto debido a la carga de obligaciones administrativas para los empleadores, señaló Luz Maria García Joya, presidenta de la Comisión de Seguridad Social e Impuestos Estatales del Colegio de Contadores de Guadalajara.
Pero también implicará una serie de retos para las autoridades involucradas ya que en el decreto de este Programa Piloto no se contemplaron mecanismos de verificación y control de las asistencias, horarios de entrada y salidas, tampoco se habla del tema del Infonavit entre otras obligaciones y derechos, además es voluntaria la participación de los involucrados durante los 18 meses que durará, al terminar se hará una evaluación de los resultados.
Según lo publicado y ordenado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación el registro lo puede realizar el patrón o el trabajador pero debe ser renovado mensualmente y aún no obliga al patrón a pagar la cuota, aunque se sugiere que se cuente con un contrato, registro de entradas y salidas, a fin de poder garantizar los derechos laborales.
El objetivo de este programa es otorgar derechos a los trabajadores del hogar, para las amas de casa, ajenas a este tipo de carga administrativa, puede resultar complejo y según la especialista, podría generar desempleo o la contratación de personal a través de agencias, lo que fomentaría el outsorcing.
“Es un tema complicado y puede ser un arma de dos filos, para los trabajadores, que buscando contar con los beneficios que se puedan implementar, se puedan quedar sin un trabajo recurrente en beneficio de su propia economía”, señaló García Joya.
Al realizarse el registro se deben indicar diversos datos como el salario base de cotización y se añade el pago de una prima de riesgo que cada patrón paga, es decir, si la persona labora en dos o más domicilios, entre todos los patrones deben cubrirla a fin de que se tengan los derechos laborales completos incluida la atención de enfermedades y maternidad, riesgo de trabajo, retiro, cesantía y vejez además de guarderías, tal como sucede con un trabajador de una empresa.
Una de las sugerencias para evitar cualquier abuso es que se realice un contrato por escrito entre el patrón y el trabajador, en el que se establezcan las condiciones de la relación laboral, es decir, días de trabajo, horario de entrada y salida, remuneración pactada, actividades a realizar.
Otros de los beneficios para el trabajador doméstico son el pago de vacaciones, aguinaldo, día de descanso, días de asueto oficiales y en caso de que los labore, se pague 200% de su salario.
Ante este escenario es que se prevé que muchas trabajadoras domésticas ya no serán contratadas y quienes en este momento serán las patronas decidirán hacer esas labores. A la fecha se estima que hay alrededor de 200 mil personas que se dedican a este tipo de trabajo.