Agrupaciones dedicadas a la protección vial, señalaron que en México la industria automotriz ha dejado mucho qué desear, lo que deja desprotegidos a automovilistas, pero principalmente a peatones y ciclistas, pese a que las adecuaciones podrían implicar un costo extra de entre apenas 10 mil y 12 mil pesos.
Entre los pendientes que enumeraron, están los cinturones de seguridad a tres puntos, que solo son obligatorios para los asientos delanteros; el sistema ABS de frenado, para evitar siniestros viales; el recordatorio de uso de cinturón de seguridad para todos los ocupantes, incluyendo de los asientos traseros; la protección contra el impacto frontal o lateral, mediante adecuaciones en carrocería.
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Todo eso, explicó Miguel Ángel Toscano, representante de Refleacciona con Responsabilidad, será obligatorio hasta el 2025, al igual que la prueba de impacto lateral de poste, el control electrónico de estabilidad para evitar derrapadas y los anclajes para sillas de bebé que mantengan fijas las sillas ante un accidente.
“La industria automotriz mexicana es una de las industrias más importantes en México, pero no está nada preocupada por la seguridad ni de los ocupantes de los vehículos, ni de las personas más vulnerables, que son peatones y ciclistas que están en la vía y son los que normalmente fallecen o quedan con algún tipo de discapacidad tras ser víctimas de un siniestro vial”.
Señaló en particular la adecuación en los cofres de vehículos para evitar que el peatón o ciclista en caso de ser atropellado termine debajo del chasís, misma que no fue considerada, lo que cuestionó a las automotrices en el país.
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“Hemos visto imágenes terribles todos los días de cómo están diseñados los vehículos en México y desafortunadamente esto se eliminó, ni siquiera fue considerado por la industria automotriz, porque argumentaron en muchas sesiones que les impactaba en sus costos”.
Tampoco será obligatorio que los vehículos en México cuenten con un monitoreo de presión de llantas, motivo por el cual, concluyó que en México no se cumplen los estándares internacionales, que en algunos países operan desde 1957.