Hay mercados en Guadalajara que están agonizando

Al menos 5 mercados de Guadalajara están agonizando

Viridiana Saavedra | El Occidental

  · lunes 11 de julio de 2022

La modernidad en la forma de comprar complica la situación de los mercados tapatíos. Foto: Antonio Miramontes | El Occidental

En Guadalajara hay 95 mercados municipales y por lo menos cinco de ellos están agonizando, pues no hay quién responda por las necesidades de los comerciantes que se aferran a trabajar y con el argumento de la pandemia, ninguna autoridad resuelve aspectos tan básicos como el retiro de concesiones a quienes no abren sus locales y afectan a los pocos que todas las mañanas retiran candados y levantan cortinas.

Uno de los mercados que ya perdió cientos de clientes debido a que solo abren diez o doce locales por día es el Francisco Villa, ubicado en la conocida como Calle 74 al oriente de la ciudad, donde los propios vendedores lo definen como “un desierto” y con nostalgia recuerdan cómo hasta hace unos años tenía gran afluencia.

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En el mercado Francisco Villa, de los 116 locales que hay, apenas 12 están ocupados de manera regular y desde hace cuatro años que volvieron a abrirlo tras la remodelación, no les han dado la nueva numeración, ni tampoco se han asignado nuevas concesiones a quienes muestran interés por trabajar en alguno de los casi cien locales abandonados.

“Hay un montón de puestos y nomás que digan que va a haber un proyecto de algo nuevo aparecerán hasta los muertos, pero en sí somos como 15 o 20 locatarios los que no faltamos y yo pienso que a la gente que no trabaja y que no mueve sus locales, que se los quiten y que venga gente que quiera trabajar”, reprochó otra comerciante, que desde hace 25 años vende en el mercado.

Este mercado cayó con la remodelación hecha en el periodo de Enrique Alfaro Ramírez al frente del gobierno de Guadalajara.

“Fue cuando el señor Alfaro muy brillante andaba haciendo los mercados disque modernos”, dijo una mujer que desde hace 35 años vende en el mercado, ubicado a unas cuadras del Felipe Ángeles, que es una de las centrales de abastos más importantes del Occidente del país.

Dicha remodelación, según notas informativas publicadas en abril de 2017, le costó al municipio 5 millones 800 mil pesos y duró casi tres años, tiempo en que los locatarios estuvieron trabajando afuera, exponiéndose constantemente a robos de sus mercancías, lo que en algunos casos les ahuyentó de volver.

“Desde que nos sacaron mucha gente se fue y no regresó, porque allá afuera había una robadera, se metían los rateros y se robaban todo lo que querían”, agregó otro comerciante, que tiene más de tres décadas laborando en el mercado.

En Guadalajara tienen otros datos

En ese sentido, Ignacio Mestas Gallardo, director de Mercados en Guadalajara dijo desconocer la situación del mercado Francisco Villa, pues en el reporte que le dan cada semana sobre las condiciones de los mercados, ése no figura.

De los que sí tiene datos y tampoco son alentadores es del ubicado en Polanquito, el de Santa Cecilia y el conocido como Ferrovejeros, también cercado al Felipe Ángeles. Ésos tres ahora son la “prioridad” y están buscando a concesionarios, para saber si ya no quieren abrir y entregarle la concesión a alguien más, pero mientras eso pasa, las cortinas siguen abajo y cada vez se acercan menos clientes.

“Todos están arriba del 60% (de ocupación), nomás esos tres los tengo un poquito con desocupación, debido a que hay algunas zonas comerciales aledañas que han venido a cambiar la forma de hacer comercio en esas zonas”, afirmó el funcionario municipal, contraponiendo la realidad que viven tanto en esos tres mercados, como en el Francisco Villa.

Ahí sería la Feria del Calzado

En 2017, cuando se entregó la remodelación del mercado, las autoridades tapatías anunciaron que ahí se instalarían comerciantes de calzado que en noviembre de 2016 fueron retirados de la extinta Feria Permanente del Calzado, la cual estaba en la Calle 74 y Pensador Mexicano, cerca de la zona del vestir de Medrano.

La propuesta no prosperó y por eso, más de un centenar de locales en el Francisco Villa siguen desocupados, sin que los dueños originales que cuentan con la concesión municipal, ni los comerciantes de zapato, utilicen los locales.

“Cada día está más muerto el mercado, porque no le han dado los puestos a nadie. Mucha gente de aquí del barrio se apuntó y no se los dieron a nadie”, dijo un comerciante desde hace casi medio siglo.

A decir de la docena de comerciantes que a diario acuden a trabajar, constantemente llegan personas interesadas en un local, pero la indicación es enviarlos a la Dirección de Mercados de Guadalajara, ubicada en el barrio de Mexicaltzingo, donde les niegan la posibilidad de vender, situación que está asfixiando a quienes se aferran a seguir en su local y le piden a las autoridades encabezadas por Pablo Lemus Navarro y al propio gobernador, que se agilicen los trámites y revivan el mercado. “Lo que pido es que metan más gente y si no hay ventas, de menos unos a otros nos compramos, simplemente para desayunar o comer”.

¿Cómo funcionan las concesiones en un mercado?

Las concesiones en un mercado municipal no tienen costo y se entregan por 99 años a quienes las solicitan y sus familiares en primera línea pueden seguir trabajándose, porque existe la figura de beneficiarios o sucesores, que muchas veces son quienes desatienden los negocios y provocan que los mercados poco a poco vayan quedándose sin comercios abiertos y por consecuencia, sin vida.

En Guadalajara según datos oficiales, hay alrededor de 6 mil locatarios y 12 mil locales, pues se permite tener hasta tres locales a un mismo propietario, que solo debe encargarse del pago mensual de su plaza para trabajar, el cual puede ir desde los 400 hasta los 5 mil pesos, según el tipo de local y el mercado en que se encuentra y son el de Abastos, San Juan de Dios y Corona los que tienen los más elevados costos mensuales de operación.

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