En Jalisco se generan más de siete mil toneladas de basura por día, más del 60% en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Se asegura que cada persona genera al menos un kilo diario; sin embargo, nadie quiere hacerse cargo de ella y mucho menos tenerla dentro de sus respectivos territorios.
En la capital del estado así está la distribución de lo que aporta cada uno: Guadalajara mil 600 por día; le sigue Zapopan, con mil 300; San Pedro Tlaquepaque con 550; Tlajomulco de Zúñiga con 480; y Tonalá 400 toneladas por día, según información proporcionada del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
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Esta suma coloca a Jalisco como el tercer estado de la República que más basura genera sólo por debajo de la Ciudad de México y Estado de México.
La generación de desechos ha ocasionado que en los últimos años la recolección, transferencia y disposición final de basura se haya convertido en un problema para varias de estas entidades pues, aunque todos necesitan depositarlos en algún espacio, nadie los quiere tener cerca de su entorno.
En el municipio por dónde sale el sol (Tonalá) quizá sus habitantes son uno de los que menos contribuyen con desechos pero que en los últimos años se han visto envueltos con problemas por la falta de un espacio fijo para la basura, ya que en esta alcaldía se mantienen los terrenos donde se transfiere o depositaban los desechos de varios municipios. Pero para conocer el conflicto de la basura en Tonalá es necesario conocer la historia ¿Por qué surgió el problema? ¿Quién lo originó? ¿Qué se está haciendo para remediarlo? y ¿Actualmente cómo se encuentra el problema?
La basura, "el invitado" que nadie quiere
El conflicto inició el 30 de septiembre del 2021 cuando la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente ( PROFEPA) clausuró el vertedero de Los Laureles tras años de irregularidades, lagunas de lixiviados e incendios que duraron días para ser controlados.
Debido al cierre de Los Laureles los residuos de los municipios se trasladaron a La Cajilota en Tlajomulco; Picachos, en Zapopan; y Matatlán, en Tonalá. Desde ese momento la ciudadanía de la Zona Metropolitana de Guadalajara comenzó a padecer por la falta de recolección de basura originando montañas de bolsa en las calles. Tonalá fue el más afectado ya que Matatlán debió funcionar como planta de transferencia donde la basura no debía de permanecer más de 48 horas en el lugar, aunque esto no fue así y las miles de toneladas de basura comenzaron a causar conflictos a los más de 40 mil habitantes de los alrededores que a base de protestas lograron que la PROFEPA clausurara el lugar el 30 de septiembre del 2022 con más de 120 mil toneladas en su interior.
Sin vertederos, ¿a dónde se irá la basura?
Como medida extraordinaria el municipio de Tonalá consiguió los permisos de la Semadet para poder utilizar un terreno ubicado en la Avenida Rancho La Cruz, denominado La Piedrera, que sería utilizado como estación de transferencia y tendría una vida útil de 8 meses. Durante ese tiempo el municipio atravesó por serios problemas de recolección de basura y presión de los vecinos de los alrededores pues desde el inicio de sus operaciones en junio del 2022 hasta el primero de enero del 2023 se manifestaron por el posible daño al predio y a la salud de los vecinos.
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Pero en ese intermedio llegó la idea de llevar otra planta de transferencia al oriente de la ciudad.
El Cielo sería una nueva opción que según las autoridades tenía todos los permisos para su operación más no la anuencia de los vecinos de Jauja, Santa Rita, La Severiana y demás que desde que se enteraron de su instalación comenzaron con bloqueos carreteros y manifestaciones donde algunas terminaron con agresiones de la policía contra los manifestantes, aunque el alcalde Sergio Chávez lo negó.
Ese sólo es una parte del origen del conflicto que mantiene a varias de las 500 colonias de Tonalá sumergidas en basura.
¿Quién originó la basura y el problema?
La empresa Caabsa Eagle mantiene la concesión del servicio de recolección de basura en los municipios de Guadalajara, Tlajomulco, El Salto y Tonalá. En los últimos años según los alcaldes metropolitanos la atención de la concesionaria no ha sido la adecuada por lo que en un esfuerzo de tomar el control de la recolección, transferencia y disposición final los ediles han lanzado un sin fin de ultimátum a la empresa para mejorar el servicio obteniendo pocas mejoras, algunos iniciaron un plan emergente para recoger los dese- chos en las colonias.
Así las cosas, el problema parece no tener fin y el tiempo se acaba en la administración para buscar una solución.