Los pasajes subterráneos de Guadalajara con más de 70 años de vida, donde se puede conseguir desde el arreglo de un reloj a la compra de un jugo de frutas o una rica escamocha, están en riesgo, luego de una caída comercial, falta de publicidad y sobre todo de un nuevo impulso municipal.
Estaba planeado que ahora con la Línea 3 del Tren Ligero se diera ese impulso, pero la puerta que los conecta con la estación permanece cerrada la mayor parte del tiempo por causas inexplicables y además pocos ciudadanos se interesan en bajar y consumir lo que era una tradición.
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Como otros pasadizos y túneles de Guadalajara, estos quedaron en descubierto hace más de 70 años y tras una adecuación, se les dio vocación comercial. Fueron sus años de esplendor.
En la ida al centro de Guadalajara era una parada obligatoria en los mismos, donde cerca de 50 comerciantes reunidos vendían frutas, escamochas, pan y daban servicio tanto de reparación de alhajas como de relojes.
Pero llegó la modernidad y con ello la construcción de la Línea 2 del Tren Ligero, por lo que fueron “sacrificados”.
Túneles secretos en Guadalajara
De acuerdo a información de cronistas de la Perla tapatía esta ciudad, además de sus edificios históricos, varios que son patrimonios de la humanidad, también cuenta con túneles secretos que se ubican por abajo de la Catedral de Guadalajara, el Hospicio Cabañas, templos ubicados en el Centro de la ciudad y otros sitios de la misma.
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En el pasado los usos que se le dieron fueron para salir a lugares seguros en la época de la guerra y lo utilizaron personajes históricos como el cura Miguel Hidalgo o el propio ex presidente de México, Benito Juárez.