Reconocimiento del matrimonio igualitario en el Código Civil de Jalisco y una reforma que permita poner fin a las terapias de conversión, es la apuesta y por lo que pugnará en el Congreso del Estado la diputada Susana de la Rosa.
Destacó la importancia de que se aprueben estas reformas, ante las agresiones de odio en contra de la comunidad LGTBQI+.
Acompañada de integrantes de organizaciones y activistas de la comunidad LGBTQI+, así como, representantes del Colegio de Psicólogos de Jalisco, en rueda de prensa en Plaza Liberación, De la Rosa :“No podemos esperar más, ha llegado la hora de que como sociedad demos este paso por la igualdad que todas las personas nos merecemos. Pugnaré por la aprobación de las iniciativas que ya están presentadas y que se quedaron trabadas, sin embargo, si fuera necesario presentará iniciativas nuevas para no dejar este tema en el olvido".
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Pretende que quede establecido en el Código Civil de Jalisco el matrimonio igualitario como un derecho.
Actualmente, derivado de una resolución de la Suprema Corte de Justicia de enero de 2016, los registros públicos municipales ya tienen la obligación de garantizar este derecho a todas las parejas.
Sin embargo, desde hace seis años está pendiente que el Congreso del Estado modifique el Código Civil en lo referente al matrimonio dónde señala que debe ser entre un hombre y una mujer para quedar entre personas.
Otra de las iniciativas es terminar con las terapias de conversión en el estado.
Las terapias de conversión, también conocidas como ECOCIG “Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género son falsos procedimientos clínicos que tratan cualquier orientación no hetersosexual como una enfermedad que debe curarse o corregirse, la mayoría de sus víctimas son personas menores de edad, las cuales son sometidas a procedimientos que violan sus derechos humanos, en muchas ocasiones, en condiciones de aislamiento.
"Está documentado a nivel internacional, que en muchos casos casos, estas terapias incluyen acciones de violencia física y psicológica que dejan en las víctimas secuelas de por vida. CDMX las prohibió en 2020 y Canadá en diciembre pasado", manifestó la diputada de Futuro.