Se llegó el día. Frank Miller iba a convivir con los suyos, aunque antes dejó en claro que los presentes a la charla no podrían tomar ni fotos ni videos con sus celulares. No faltó quién dijo que así no le iban a creer que conoció y respiró el mismo aire en una sala de la FIL que el de su ídolo, y quien es parte importante de la cultura pop.
Entre el público se destacaban las playeras de Batman, los que abrazaban sus cómics de 300 y Sin City con gran cariño, los que levantaban sus coleccionables, y sobre todo se emocionaban con la presencia del también director de cine.
Miller llegó, portando su tradicional sombrero, y sorprendiendo al vestir una playera de Superman. La FIL presentaba al creador de cómics y novelas gráficas mundialmente reconocidas como Sin City, 300, Batman: The Dark knight returns, y ahora Maldita, que será adaptada por Netflix para hacerla una serie. Y bajo el título de: Maldiciones, tipos duros y espartanos: el mundo de Frank Miller, comenzó la charla que fue guiada por Francisco Payó.
"Era muy joven, a los 5 años comencé a escribir. Y desde entonces tuve la confianza de que lo iba a lograr, a esa edad piensas que puedes hacer todo. Me gustaban los cómics, me gustaban los superhéroes. No fue fácil, es fácil pensar que puedes hacerlo, que puedes dibujar o que puedes hacer la historia con dibujos. Pero tienes que trabajar duro, pero sobre todo tienes que amar lo que haces", dijo el novelista gráfico.
Al respecto de la concepción social que se tiene en referencia que los cómics son un producto para niños, Miller ha demostrado lo contrario con sus creaciones violentas, llenas de oscuridad del bajo mundo. Aunque él se siente contento que los niños tengan acceso y consuman cómics.
"Producir cómics para niños es una idea genial y me siento bien con eso, pero esa audiencia ha crecido y siguen queriendo cómics, siguen las historias, entonces yo he seguido ese camino adulto",
Miller ha revolucionado el mundo de los cómics y del cine bajo su visión bastante única, como po ejemplo envejecer a Batman, darle un giro a relaciones entre los personajes, bastantes macabras, como plasmó en Year One, llevar a los espartanos al grado de héroes, teniendo el respeto de fondo a la parte histórica. O sus tipos rudos, violentos, que les gusta maldecir en La ciudad del pecado. Al cine llevo sus viñetas a cobrar vida en la cinta de culto que codirigió con Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, Sin City, después se aventuró a dirigir la secuela.
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También al cine llevó su sueño de toda la vida, el personaje de The Spirit de Will Eisner, bajo su misma visión de cine noir.
"Es diferente, uno es privado y tengo control, pero trabajar con otros artistas, yo doy una historia, estudio, interpreto y aprendo. Hay expertos que saben más y es todo un proceso. El ego no siempre es malo, la verdad es que lo necesitas en cada el aspecto de la vida, si tienes una idea que sabes que es buena, debes hacerla. Eso es el ego, el ego es algo que te debe hacer feliz. Te sientes profundo por dentro y eso se refleja en tu trabajo", compartió Miller sobre estas colaboraciones.
"Una colaboración no es dominar, te conviertes en un chico y tienes que conocerte bien y a ellos, colaborar es eso, te ríes mucho, avientas ideas y se te ocurren cosas muy tontas, haces broma sy cuando algo serio sale de eso, será un gran material".
Miller arrancó risas, miradas de admiración, aplausos y emocionó a su legión fiel de seguidores, todos amantes y devora cómics, de alguien que sigue manteniendo un perfil reservado, pero que le ha dado giros a íconos de la cultura pop como Superman, Batman e incluso Daredevill. Les dejó en claro que se seguirá debiendo a ellos, los que lo escuchan y lo leen, por lo que seguirá sorprendiendo.
"No conozco realmente cómics mexicanos, pero estoy abierto que estos días me los recomienden y pueda comprar algunos aprovechando que estoy aquí", concluyó.
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