Con la imposición de ceniza inició la Cuaresma, que tras dos años en que se limitaron los servicios religiosos y el aforo a los templos, debido a la pandemia por Covid-19, en esta ocasión las personas ingresaron en grupos para cumplir con este ritual.
Los fieles acudieron a los templos más cercanos a sus hogares y trabajos, y en el Centro Histórico, La Catedral Metropolitana, El Sagrario, así como San Agustín, San José de Gracia abrieron a las 8 de la mañana.
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La ceniza se obtiene de las palmas que se utilizaron el domingo de ramos del año pasado, las cuales se queman y se utilizan para ser el sacramental de la ceniza. La ceniza por ser un sacramental no confiere la gracia del Espíritu Santo, en cambio, un sacramento si, sin embargo, nos ayuda para acercarnos a los sacramentos, señala en su sitio web el Arzobispado de Guadalajara.
Con la ceniza, los fieles son hoy más conscientes en estos tiempos de pandemia de la vulnerabilidad de sus vidas, por ello hoy más que nunca manifiestan la frase con la que hacen alusión al miércoles de ceniza: "polvo eres y en polvo te convertirás".
"La ceniza en el rito romano caracteriza el espíritu de austeridad. Es un signo antiguo que los penitentes usaban como mortificación de sus pecados. Recibirla es signo también de reconocer que somos pecadores y que somos frágiles, que necesitamos la ayuda de Dios, sobre todo de su misericordia. La Iglesia conserva este rito como gesto de conversión interior para abrazar su misericordia, abrazar el amor del Padre que nos ama sin condición alguna", indica el arzobispado.
"La palabra ceniza viene del latín, “cinis” y representa algo que ya fue consumido por el fuego, sin embargo, en el ámbito religioso adquirió un significado distinto, por ejemplo, la humildad, ya que para el cristiano es muestra que no somos nada y al polvo volveremos", agrega.
Los fieles comentaron que después de 2 años de pandemia y en la que aún se está, hoy pudieron recibir la ceniza en sus cabezas de forma directa del sacerdote a diferencia de años pasados que por el Covid la recibían en un sobre, aunado a que no había oportunidad de acudir al templo.