Destierro, obra de Gabriela Rivera se enmarca en dos escenas y cinco capítulos básicos que deja en el pasado dar palabras a la historia no contada, a las emociones, la migración, la historia personal.
“Si se viera como una película, tiene dos escenas, en la primera está Elena (una mujer rarramuri), que es una de los pilares de la novela, en un jacal en el desierto norteño, en la noche, enciende un sirio” y, al mismo tiempo, pide que su hija Maripaz regrese”, lo que sucede después de eso es fundamental para el desarrollo de la historia.
El otro personaje es Julia quien al circular por este desierto se enfrenta a los espejismo y uno de ellos es real y se accidenta, muere en el percance y es entregado su cadáver a su esposo, pero al parecer el cadáver no es el de ella y Julia tiene un encuentro con Elena
De ahí comienzan a darse los destierros personales de Julia quien a lo largo de 17 días de estar inconsciente, comienzan a darse sus destierros, como la pérdida de su gemela, la salida de su pueblo para irse a estudiar con lo que se da el destierro de pueblo, su primer amor, entre otra serie de acontecimientos.
La novela pretende poner “aquello que no tiene palabras, por un lado la parte emocional, los destierros internos y también lo que no se puso en palabras de nuestra historia mexicana”, por eso la portada tiene una página en blanco.
Destacó que se ven las historias de las soldaderas y Pancho Villa, las mujeres asesinadas con todo y sus hijos en esa época, es decir la historia de anti héroe de este personaje; también se cuenta la historia de alfabetización de Nuevo León y quiénes la hicieron.
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