La relación entre la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y la administración federal no ha sido del todo cordial, pues además de la desaparición de algunos programas que promovían la lectura en educación básica, hace falta liquidar una deuda pendiente con editores.
“Hay una deuda muy vieja con Educal, decidieron pagar, pero están haciendo una quita del 20%, lo cual desde nuestra posición nos parece totalmente fuera de lugar”, dijo Juan Luis Arzoz Arbide, presidente de la CANIEM.
Dijo que como Cámara, no pueden decirle a los editores si deben o no cobrar con esa reducción, pero la semana siguiente los acompañarán a la Secretaría de Hacienda para ver avances.
Además, se han acercado con legisladores para promover tres pendientes: Estímulos Fiscales para la Lectura, para saber cómo sería; Tasa Cero para Librerías, que fue rechazada por los diputados; y Ley del Libro, actualmente en el Senado de la República.
Durante 2018, la CANIEM registró una producción de 134 millones de ejemplares, de los que 48 millones se destinaron a programas de Texto Gratuitos para Secundaria, Programa Nacional de Inglés y materiales de lectura del nuevo modelo educativo.
“Esperamos seguir creciendo, creo que tenemos armas suficientes como industria editorial, un poco más independientes de lo que es el gobierno, pero seguiremos creciendo en la medida de las posibilidades”.
Respecto a Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, señaló que su estrategia de promoción de lectura de ofrecer libros más baratos y en comunidades aisladas, no les satisface del todo.
De acuerdo con la CANIEM, el 36% de las ventas históricamente han sido al gobierno, quien es su principal comprador.
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