Caminar por el Parque Morelos y verse envuelto en el olor a pan dulce recién hecho lo hacen caer en la tentación ya que es una de las armas que más le funcionan a los vendedores de la Feria del Cartón y es que al pasar por estos puestos el apetito se despierta y se antoja un pan de muerto, una gordita de nata, un pan relleno de crema pastelera o zarzamora, por lo que esta feria es una de las más importantes para vendedores que vienen desde Tlaxcala, explicó Rivelino Ibarra.

En los pocos días que llevan instalados, las ventas han sido buenas para ellos y sobre todo con la remodelación del Parque ya terminada les ayuda más que el año pasado en donde tuvieron que convivir con los trabajos de construcción y que pudo ser de que su producto se llenara de polvo.

Así desde 15 y hasta 70 pesos se pueden adquirir los panes de los diversos productos, algunos tipo concha, otros con su característico adorno de pedazos de ate de membrillo o guayaba, la variedad es amplia y para todos los gustos y economía.

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“Llevamos aquí trabajando en esta feria como unos 15 años, desde que nuestros papás comenzaron desde que empezó la feria, es de generación en generación y ahora me toca a mi hacerlo, es una de las plazas, como andamos en casi toda la República, Guadalajara es una de las mejores plazas para nosotros, quizás sea la segunda”.

El panadero, mientras moldeaba lo que sería su siguiente horneada, mostró su satisfacción por la forma en que se han dado sus ventas y sobre todo dijo que ya con las obras concluidas del parque, el panorama cambio, está más limpio, se tiene mayor seguridad y todo eso lo hace diferente a hace un año en donde los clientes tenían que caminar entre los escombros y en ocasiones hacían que se fueran.

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Rodeado de los diversos panes, los puestos de dulces típicos mexicanos, así como los juguetes de madera y cartón, comentó que la gente se “lleva casi todo, desde las gorditas de nata hasta el tradicional pan de muerto o el relleno que lo trabajamos ahora y a partir del 27 el pan de muerto es el que más se vende, mientras los clientes les dicen que con el sólo olor se antoja comerlos y más así calientes como salen del horno”.