Uno de los lugares preferidos para quienes viven a oriente de la ciudad y desean pasar un día de campo es en el Cerro de la Reina en Tonalá.
Ahí todos los días, pero principalmente en fin de semana hay personas que llevan algo para comer y beber mientras ven la ciudad desde las alturas, pues la parte alta del cerro está a mil 720 metros.
Esto representa más de 150 metros de diferencia con el centro tapatío y desde esa altura además de ver los edificios más emblemáticos de la ciudad como decenas de templos católicos, el hotel RIU, el templo de la iglesia de La Luz del Mundo o los Arcos del Milenio, se puede realizar algo que encanta a chicos y grandes.
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Se trata de volar papalotes, una actividad que por esta temporada se realiza en áreas abiertas de la ciudad y que muchos disfrutan de practicar en el Cerro de la Reina.
Es tan común que acudan las familias a volar sus papalotes, que incuso hay quienes ya venden ahí algunos de los también conocidos como “cometas”.
Hay de distintos precios, los más económicos cuestan 60 pesos y hay algunos de hasta 120 pesos y todo depende del tamaño y el diseño que se elija, pues hay en forma de dragón, de águila y de algunas otras aves.
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Venden también los papalotes tradicionales en forma triangular de muchos colores y algunos de personajes de moda y hasta en forma de mantarrayas gigantes que se elevan varios metros.
De esa manera, en la explanada junto al templo en honor de la Virgen de Guadalupe y también en el área de estacionamiento a un costado de las letras de colores que dicen Tonalá, niñas y niños disfrutan de elevar sus papalotes en una de las zonas más altas de la ciudad.
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