Al día 30 personas claman un “grito de auxilio”. Aunque su salud mental está en riesgo evitan acudir a un centro especializado, socializado o conformar una red de apoyo ante el mie do, el rechazo, la discriminación y ser juz gadas, hacen una llamada telefónica por su salud mental.
Aunque reciben los primeros auxilios de salud mental para contener la crisis en línea y la mayoría son derivadas a las unidades de la Red de Salud Mental de Jalisco se carece de un programa de seguimiento integral.
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También las líneas telefónicas de intervención de crisis y de emergencia como son el 075 y 911, respectivamente, se enfrentan a una crisis que impide que las personas con riesgo mental sean atendi das al primer timbrado por recibir llamadas de broma, de juego y muda.
Detrás de un auricular se busca dar contención única a quienes están en un momento crítico de ansiedad, de depresión, de pánico y con ideación suicida.
A raíz de la pandemia por Covid19 los trastornos de salud mental se dispararon en Jalisco. La ideación suicida es un trastorno que preocupa en el 075, que es la Línea de Intervención en Crisis de Salud Mental (SALME) al registrarse en el sexto lugar como motivo de llamadas en las mujeres y en octavo en los hombres.
“Ansiedad, depresión, pero sí en alguno que otro existe esta intención o pensamientos sobre todo de ya no querer estar o ya no querer existir por la problemática con la que viven”, expuso la especialista María Dolores Valencia, coordinadora de la línea de intervención en crisis del Instituto de Salud Mental (SALME).
En el 2023 cerca de 184 mil 900 personas acudieron a consulta a Salme en la modalidad externa, a las áreas de especialidades de psiquiatría, psicología y de intervención en crisis, o bien, realizaron una llamada; el mayor número de consultas con 22 mil 575 fue en las cuatro líneas 075; 33 38 33 38 38; 33 25 04 20 20; y 800 22 74 74 74.
De 60 personas que llaman para recibir primeros auxilios, podría haber el triple o más que mantienen en silencio su angustia, una situación que pone en riesgo su salud mental por los diferentes episodios mentales por los que pasa.
Hay detonantes que disparan los trastornos mentales. Rosita ha manejado su vehículo con la idea de acelerar hacia un barranco, ha caminado por el bullicio de la ciudad pensando en “parar que vivir”, “todo hago mal”, “nadie está de acuerdo conmigo”, “todo hago mal”, frases frecuentes que se vienen a su mente.
Estas crisis se generan cada vez que en su trabajo sucede algo, menciona que ha sufrido acoso por parte de sus compañeras, compañeros y de los jefes quienes la presionan para realizar una actividad o llegan a acumularla de actividades sin poder respirar.
“La mente se me nubla, mi cabeza de repente me duele y comienza a tener pensamientos negativos, suelo estar en depresión, tristeza y angustia, siento que no quedo bien con nadie, en mi trabajo, aunque trate de hacer las cosas bien me dicen que está mal. Ya no me concentro.
Lo triste es que estos pensamientos son frecuentes en mi cabeza”. El rostro de Rosita es pálido y con un semblante lleno de tristeza.
Rosita platicó a EL OCCIDENTAL parte de lo que sucede con su salud mental, ha intentado quitarse la vida pero su hijo adolescente la detuvo: “Por él sigo aquí platicando, pero son días en que solo quiero dormir”.
Lo que sufre Rosita es una sobrecarga laboral y familiar. En sus dos escenarios vive diferentes circunstancias que se agudizaron desde el periodo de la pandemia 2020-2021 debido a la pérdida de su mamá y papá, un divorcio y exceso de trabajo. Ella trata de florecer sin una ayuda ante el temor de señalamientos por decir que va a consulta psicológica o psiquiátrica.
“No hemos podido resolver las cosas a pesar de que tenemos las herramientas, no hemos podido ver esas opciones de claridad para poder solucionar nuestros conflictos.
En la parte de socializar a raíz de la pandemia ha sido más complicado, las personas solemos aislarlos y buscar resolver todo en las redes sociales y vía telefónica”, señaló la especialista María Dolores Valencia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2019 una de cada ocho personas padece un trastorno mental, en 2020 debido a Covid19 aumentaron de manera considerable, principalmente ansiedad y los trastornos depresivos graves, la mayoría no tienen acceso a una atención efectiva.
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